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| Foto: Miguel Muñiz |
El Ribadumia - Boiro de este fin de semana no fue un partido más. El enfrentamiento entre estos dos equipos del grupo gallego de la Tercera División significó un paso adelante hacia la igualdad de sexos en el mundo del fútbol, concretamente en lo referente al arbitraje. Por vez primera en un partido de categoría nacional, el trío arbitral estaba compuesto por tres mujeres, un hecho sin precedentes a pesar de estar ya en el año 2015.
Zulema González comandaba el trío de colegiadas como árbitro principal, mientras que Elena Casal y Alicia Andrés la flanqueaban como asistentes. Adscritas al colegio vigués, suelen desempeñar sus funcioanes en la primera autonómica, pero en esta ocasión debutar en categoría nacional. Casualmente, su debut se produjo en Ribadumia, la localidad natal de Rafael Louzán, ex presidente de la Diputación de Pontevedra, y actual Presidente de la Federación Gallega de Fútbol.
En la localidad pontevedresa la concurrencia mediática fue muy superior a la de un partido normal. Incluso en las gradas se vivió un ambiente similar a los amistosos que disputa el Celta todos los veranos, según contaban los aficionados locales. En lo relativo al partido, Zulema González cosechó buenas críticas por parte del respetable, y eso que expulsó a dos jugadores del equipo local. El partido acabó en tablas, y la sensación de normalidad marcó un partido que no debería ser noticia.
Al término del encuentro, Louzán mostró su satisfacción: “Ha sido un arbitraje fantástico. La experiencia no puede ser más positiva”, expresó, al tiempo que recordó que “la igualdad también debe llegar a los campos, durante demasiado tiempo el fútbol ha sido solo cosa de hombres”, proclamó. También estuvo presente el presidente del comité de árbitros, Fernando Iglesias, y medio centenar de colegiados que arroparon a su compañera.
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