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| LOF |
Arrancó el Celta 2015-16 con más dudas que certezas. Partido pobre, muy pobre de un equipo cargado de buenas intenciones pero que tendrá que mejorar si quiere repetir o superar el buen papel de la temporada pasada. No fue capaz de solventar sin sufrimiento un choque destinado para ello, ante un rival que se pegó un tiro en el pie nada más saltar al campo. No supo imponer el ritmo que le convenía y sí someterse al combate que deseaba el rival. El resultado fue un duelo espeso y un final apretado que nunca debió producirse. Berizzo tiene trabajo.
Especialmente laboriosa será la tarea en la medular, donde parece que no se ha actuado correctamente durante el verano. Resulta evidente que el sustituto del gran Michael Krohn-Dehli no será Daniel Wass. El danés es un buen jugador, capaz de aportar mucho a este Celta, pero que sólo comparte con su compatriota el pasaporte. Se ha vendido que su incorporación cubre la baja de su paisano y no es así. Berizzo tiene otra cosa en mente, y esa cosa se llama Tucu Hernández.
El de Tucumán es el motor que el técnico argentino lleva barruntando toda la temporada. Puede que incluso lo tuviese claro desde que se supo del adiós de Krohn-Dehli. Sólo así se explican los movimientos en el mercado. La apuesta es arriesgada, muy arriesgada. Primero porque exige una reconversión de un jugador acostumbrado a participar más adelante. Y segundo por las propias circunstancias del Tucu, del que se espera un rendimiento que no termina de dar. El de anoche fue un partido muy similar a tantos de la pasada temporada. Lento de piernas y de ideas. El Celta padeció su ritmo pausado y nunca terminó de tener profundidad.
El mercado sigue abierto hasta el día 31. La búsqueda del extremo bien podría centrarse en un centrocampista organizador. Más aún viendo cómo rinde Wass acostado a la cal. El Tucu Hernández es un buen jugador que puede que acabe dando lo que todos esperaban el día que se le contrató. Sin embargo, no parece reunir las características para llevar el timón de un equipo tan eléctrico y dinámico. Su fútbol es diferente, a otro ritmo, y siempre más beneficioso cuanto más próximo al área.
La papeleta anoche la salva Orellana, ese pequeño demonio capaz de desatascar partidos enfangados. Ni Aspas ni sobre todo Nolito tuvieron su mejor noche, por lo que tuvo que ser el chileno el que encontrase el gol y la asistencia que trajesen los 3 puntos de camino a Vigo.
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