El césped que no aguantaba más de 20 minutos


Foto: Jorge Landín
El Celta es uno de los equipos que mejor juega al fútbol en la Liga española. Una de las principales armas para todo equipo de toque que se precie es el de contar con el respaldo de un césped casi perfecto, que se mantenga como un tapete durante los noventa minutos de juego. Eso no sucede en Balaídos. El césped se encuentra cada vez en peores condiciones, y en los últimos años ha sufrido diversos incidentes que ponen en peligro el estilo de juego del equipo como local. 

Después de padecer un hongo que afeó su aspecto durante los años más duros de Segunda División, el césped recuperó un aspecto más sano, al menos a simple vista, pero diversos fallos en el mantenimiento, y la enfermedad de una hierba demasiado castigada, han convertido al césped de Balaídos en uno de los peores de la categoría. La situación es grave y viene recibiendo avisos por parte de los diversos técnicos celestes desde tiempos de Paco Herrera, sin ofrecer solución alguna. 

Las obras son ahora una nueva excusa, en este caso justificada. Hasta que concluyan las obras en los laterales será imposible ponerse con el césped, así que habrá que ir tirando con lo que hay durante un tiempo. Y lo que hay no contenta a Berizzo, que ayer explicaba la situación: “La lluvia lo ha hecho recuperar, pero es un campo que no soporta bien el castigo. El campo se deteriora sin recuperación. Al inicio tiene un realidad y a los 20 minutos es otra. Es un campo permanentemente herido”, relataba el argentino, que cerraba con un deseo en voz alta: “Ojalá encontremos una solución permanente a esto”. 

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