Ranking Europeos en el Celta: (10) Jimmy Hagan


El Celta está fichando, más que nunca, futbolistas europeos. La necesidad de subir el nivel, el elevado precio de los futbolistas españoles, y el hecho de tener las tres plazas de extracomunitarios ocupadas, obligan al conjunto vigués a peinar el mercado europeo. Este verano han llegado Daniel Wass y John Guidetti, que se unen a Théo Bongonda llegado el pasado enero. Pero, ¿Cuáles son los mejores jugadores europeos que han vestido la camiseta del Celta? En las próximas entradas repasaremos el Top 10, a juicio de la redacción de MoiCeleste. 

#10 Jimmy Hagan (1986-89) 76 partidos / 0 goles

Prácticamente cuando yo empezaba a ver fútbol y a seguir al Celta, llegó Hagan a Vigo. Irlandés del Norte, procedente del Birmingham City, llegaba al Celta este defensa central, líbero de los de antes, aunque con características muy diferentes. Hagan no era lo que uno puede esperar de un central británico. Era elegante con el balón controlado, aunque de fútbol sencillo y sin brusquedades. Ganó el Trofeo al Juego Limpio, y no fue por casualidad. 

Hagan fue, además, un adelantado a su época. Una época en la que pocos futbolistas se atrevían a jugar en el extranjero, él ya había jugado en Hong Kong y en Estados Unidos antes de llegar a España. En el Celta jugó tres años, el primero de ellos en Segunda División, siendo uno de los grandes protagonistas del ascenso logrado por el Celta en Sestao con Baltazar como estrella principal. 

La ovación recibida cuando se despidió del equipo tres años después le hizo irse corriendo al vestuario para que nadie viese sus lágrimas. Hagan era un hombre alto, irlandés, de ojos azules, rubio, muy celta. Desde el primer balón conectó con el público y con los compañeros exhibiendo las virtudes que más gustan a los devotos de los líberos: estilo, don de mando hasta sin quererlo, elegancia, carisma, visión y clase. José Luis R. Marcos, cronista de Faro de Vigo, lo definió mejor que nadie diciendo que como jugador, igual que el correo de Belfast, es lento pero puntual; y como persona, un rasgo predomina sobre todos los demás: su caballerosidad.

De su puntualidad en los cortes defensivos dejó para el recuerdo una memorable actuación en Sestao. Aquel partido valió para el Celta un ascenso, y para Hagan un vínculo de sangre con la afición. De regreso a Vigo, con la plaza del Rey abarrotada de banderas celestes, los jugadores fueron saludando uno por uno desde el balcón del Ayuntamiento, pero cuando llegó el turno del zaguero irlandés el delirio del celtismo explotó. Lucas y Gustavo Lo izaron a hombros, los aplausos emocionaron a las banderas y la plaza del Rey se convirtió por unos instantes en la Plaza de Jimmy Hagan. Cuentan algunos que la renovación del contrato que expiraba allí mismo se decidió.

Con el equipo en Primera, y con un entrenador poco amigo de la vistosidad, Hagan fue titular indiscutible en todos los partidos ligueros y se hizo pieza clave en la buena campaña que se consiguió. EL diario Ya de Madrid le premió como el mejor futbolista de la temporada 87/88, y sus treinta y un años cargados de experiencia y saber estar —muchos para los hábitos de entonces— se ganaron una nueva renovación.

En su última campaña conoció un banquillo por dentro en algunas ocasiones, pero siguió exhibiendo todo su sentido de la colocación, su concepto sublime del fútbol y por su puesto su inherente perfil de caballero que le llevó a conquistar el trofeo a la deportividad.

Aún hoy se le recuerda, especialmente aquellos que lo vieron jugar, que lo dsifrutaron vistiendo la camiseta del Celta. Para él es este justo décimo puesto. Cuando se marchó de Vigo era el mejor jugador europeo que jamás había vestido la camiseta del Celta. Luego hubo tiempos mejores. Los seguiremos repasando. 

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