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| Foto: Adrián Irago |
Cuando Santi Mina dio el salto al fútbol profesional no tardó en llamar la atención. su potencial era increíble, y a ello le unía una ganas tremendas de mejorar y prosperar que lo convertían en el favorito ideal para alcanzar el estrellato, no solo en el Celta,sino en el fútbol a un nivel muy alto.
Con los juveniles llamaban la atención sus cifras estratosféricas. 27 goles en 18 partidos, cifras propias de un Ronaldo o de un Messi cualquiera, que le abrieron el camino a los medios, pero por delante aún quedaba mucho trabajo. Debía de superar muchos obstáculos e ir avanzando peldaño a peldaño. Lo hizo con el filial en Tercera División, anotando 8 goles en 15 partidos, pasando sin mayor problema de jugar contra niños a hacerlo contra hombres. Así hasta llegar al primer equipo, con espontaneidad, pero también con naturalidad.
A día de hoy me sorprende, y a la vez me entristece, leer ciertos comentarios acerca del talento o de las capacidades de Santi Mina. Tal vez este pensamiento encierre algún tipo de complejo respecto a lo cercano, a lo nuestro. A lo de aquí. Tal vez también hay quien se sitúe en el extremo contrario, repudiando lo ajeno y abrazando solo lo propio. Es evidente que cualquier tipo de prejuicio conduce inexorablemente al error, pero decir que Santi Mina no tiene nivel para Primera División, me parece un tanto atrevido.
Es evidente que tiene mucho que aprender aún en el complicado mundo del fútbol. Esto no ha hecho nada más que empezar, pero aún sin apenas arrancar su carrera, ya firma unas cifras que muchos veteranos quisieran. Santi Mina ha demostrado que mantiene ese don. Aquel que le permitía marcar goles a puñados con los juveniles, hacer lo mismo con el filial, con quien ascendió a Segunda B, marcando en su debut en la categoría de bronce. Ese Don que le llevó a marcar en su segundo partido con el primer equipo y que convertía cada minutos de juego en ocasiones de gol.
Y eso que durante un tiempo no entraban. Era el peaje de la experiencia. El precio de la perseverancia y la continuidad. Ahora recoge todos los frutos. En el últimos mes y medio ha marcado siete goles. Se atreve con todo y no teme a nadie. Tiene un don y sabe como explotarlo. ¿Alguien puede seguir pensando que no tiene nivel para Primera División?
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