[Vídeo] Ocho años del debut de Stoichkov en el Celta


Foto: Óscar Vázquez
Parece que fue ayer, pero han pasado ocho años desde aquel 15 de abril de 2007 en el que Hristo Stoichkov debutaba en el banquillo del Celta. El escenario y el rival convirtieron aquel encuentro en único. La situación deportiva del Celta acabó costando la cabeza a Fernando Vázquez, después de una racha que enviaba al conjunto vigués directamente a Segunda División. El por entonces errático Presidente Mouriño reunió a su consejo hasta altas horas de la madrugada tras la derrota frente al Espanyol en un miserable partido disputado en Balaídos. 

No hubo fumata blanca, y el técnico de Castrofeito continuó en el cargo “con todas las consecuencias”, pero una serie de nuevas derrotas condenaban a “Harry Potter”. Tras perder en Huelva incluso varios aficionados abordaron al Presidente y amenazaron con dejar su abono si no sacrificaba al técnico. El elegido para reemplazarle era Hristo Stoichkov, personaje singular donde los haya, se vistió la camiseta del Celta en su presentación como entrenador, y no dudó en posar con una bufanda que rezaba “anti depor” al llegar a Vigo. Justo en la semana previa al derbi. Si se entera Tebas…

El caso es que llegó el derbi. El técnico búlgaro fue recibido como el “Hristo de la victoria” por la megafonía de Balaídos, y lo cierto es que cumplió con su parte en el primer partido. No tocó nada, pero bastó para derrotar al eterno rival con un tanto de Fernando Baiano. Fue un espejismo, porque el equipo mantuvo su dinámica perdedora en los siguientes partidos, y para cuando quiso reaccionar era demasiado tarde. El Celta ganó los tres últimos partidos pero no fue suficiente. Athletic y Levante amañaron el último partido para que los “leones” se salvaran y fue imposible evitar el descenso. 

El ex jugador del Barcelona continuó al año siguiente en el banquillo céltico, aunque no duraría mucho. Tras ocho jornadas, y a pesar de ganar al Xerez, Stoichkov era destituido. La rueda de prensa en la que se anunció fue uno de los espectáculos más tristes de los últimos años con Mouriño y Stoichkov hablando de una dimisión que nunca fue real. Ocho años después seguramente ni Mouriño montaría ese paripé, ni seguramente hubiese puesto en las manos del búlgaro la continuidad del Celta en Primera. De todo se aprende.

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