[Vídeo] Cuando el Madrid se llevó una manita de Balaídos


El 11 de abril de 1999 será una de las fechas que recordaremos los celtistas que pudimos vivir, bien en el estadio de Balaídos o a través de la pequeña pantalla, la última manita del Celta al Real Madrid, aunque no la primera. Fue aquella una tarde especial, la confirmación de un estilo de juego y la ilusión de alcanzar algo grande. El Celta había comenzado a dar muestras el año anterior, bajo la batuta de Javier Irureta, de su potencial real, pero con la llegada de Víctor Fernández se había logrado un carácter más ofensivo, que despertaba la admiración del mundo del fútbol. 

Durante aquella temporada 98-99 habían sido varias las goleadas que había disfrutado el celtismo. El 7-0 Ante el modesto Arges Pitesti en UEFA, un 5-1 al extremadura, un 6-2 al Real Oviedo, un 4-2 al Mallorca que permitía a los celestes ser líder en la jornada 18, y sobre todo las eliminatorias ante el Aston Villa y el Liverpool, con sendos partidazos en las islas. 

Para entonces, el celtismo estaba enamorado de aquel equipo, que en una soleada tarde de abril recibía al Real Madrid. Ambos equipos llegaban empatados a 49 puntos, pero con el Celta por delante por la diferencia de goles, +25 en el caso del Celta, y +13 en el caso del Madrid. Víctor Fernández puso en liza un once formado por Dutruel, Míchel Salgado, Josema, Djorovic, Cáceres, Mazinho, Makelele, Karpin, Mostovoi, Revivo y Penev. En la segunda mitad también entrarían Óskar Vales, Tomás Hervás y Sánchez. 

El equipo que presentaba el Madrid, dirigido por Toshack, no estaba formado precisamente por jugadores cojos. Los blancos se presentaron en Balaídos con el siguiente equipo: Illgner, Panucci, Karanka, Sanchís, Jarni, Redondo, Karembeu, Guti, Seedorf, Mijatovic y Raúl. Un equipazo del Real Madrid, que no olvidemos, era el actual campeón de la Champions League. 

La resistencia blanca duró 7 mminutos, lo que tardó Penev en marcar el primero de la tarde, y a partir de ahí, con la lata abierta, los goles fueron cayendo como fruta madura. Mazinho en el 10 y Penev en el 15 dejaban el partido sentenciado en un cuarto de hora. Toshack hizo cambios muy pronto, y en el 27 dio entrada a Morientes en lugar de Guti. Sería precisamente Morientes el autor del 3-1 en el 32, pero tan solo un minuto después Mostovoi ponía el 4-1 que disipaba cualquier intento de reacción merengue. Penev, ya en el minuto 61, completaría su hat trick y dejaría patente la superioridad celeste con una manita que se recordará muchos años. El Celta terminaba la jornada en segunda posición, y sacaba al Madrid de las plazas de Champions, viviendo uno de los mejores momentos de su historia. 

No era, como decíamos antes, la primera manita en la historia céltica. En la Temporada 1949-50, el Celta venció por cinco goles a dos, con tantos obra de Atienza, Yayo, Hermida (2) y Sobrado.

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