¡Qué malo es Jonny!


Foto: Salvador Sas
A estas alturas ya nadie duda del crecimiento de Jonny. Lo demuestra en cada partido, en los grandes y en los pequeños. La alucinante regularidad del muro de Matamá le convierten en uno de los principales valores del equipo de Berizzo, un futbolista al que recurrir en las peores situaciones. Cuando todo parece perdido, aparece Jonny para cortar de forma milagrosa una llegada del delantero rival, o parar una contra gracias a su velocidad. 

La versatilidad del lateral le ha valido para ser titular en Primera División. Su habilidad con ambas piernas y la capacidad de adaptación le convierten en una bendición para cualquier entrenador. El pasado domingo, además, se doctoró cubriendo al -posiblemente- mejor jugador del mundo: Leo Messi. El argentino comprobó que puede haber algo peor que tener el pie derecho hinchado. 

Enfrentarse a Jonny será uno de los dolores de cabeza de Messi esta temporada. Lo sufrió en sus carnes en el partido de la primera vuelta, y el domingo volvió a padecer las coberturas extremas del de Matamá, hasta el punto de que llegó a retarlo con la mirada en varias ocasiones. Jonny no se arredró. No está para dejarse intimidar por cualquiera, y Messi, sin balón, no parece una gran amenaza. Con balón ya es otra historia. 

Es muy probable que un buen número de directores deportivos hayan apuntado el nombre de Jonny Otto en sus libretas, aunque su nombre no es el que más suena entre los candidatos a salir del Celta por posibles ofertas de otros clubes. Jonny es un jugador de perfil bajo, de esos que, de manera un tanto inexplicable, no acaban de entrar en los favoritos de la prensa a la hora de hablar de posibles transacciones. Solo podemos pedir que siga así. Que nadie se entere del lateral que tenemos aquí, porque si alguien se pone a seguirlo, no durará mucho en Vigo. Así que será mejor jugar al despiste con los titulares. 

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