![]() |
Foto: M. Moralejo |
Muchos se habrían contentado con mantener al equipo en Primera tras el recordado ascenso de 2012, con una empresa, asentada económicamente y estable en su organigrama, que cuenta con el apoyo mayoritario del celtismo. Sin embargo, Mouriño no ha querido ser un presidente más. Ha querido que su Celta, que nuestro Celta crezca hasta ser uno de los más fuertes.
Para ello ha establecido cuatro pilares. El primero es el deportivo. El primer equipo va a jugar su cuarta temporada consecutiva, con probablemente dos consecutivas acabando más cerca de Europa que del descenso. Quizás sólo el filial no este en lo deseado. El segundo lleva en obras desde hace unos meses, un estadio a la altura de la afición. El tercero ha sido establecido hoy. Una nueva sede que borre la última herencia de la época de Horacio tras eliminar la deuda recibida. Más cercana al celtista, más funcional, con más servicios y en un lugar simbólico de la ciudad.
Falta el cuarto pilar. El que más va a tener que sudar. Una ciudad deportiva que permita mejorar una A Madroa que se queda pequeña y poco funcional para lo que necesita un club moderno de Primera. Un proyecto que va lento pero que supondrá la guinda al legado que dejará Mouriño. Que tiene aspectos mejorables y aspectos corregibles. Pero que es casi sin duda el mejor legado que vaya a dejar un presidente.
Seguir @DavidPenela
0 comments:
Publicar un comentario