El Celta se convierte en ave nocturna


Foto: cuatro
Nueve de la noche, diez, ocho y así de nuevo. Los horarios que las televisiones y la LFP colocan al Celta no le permiten ver la luz del sol. Una y otra vez los partidos se juegan con luz artificial. Más allá de la cara de vampiro que se le va a quedar a más de un celtista, las dificultades vienen de cara al futuro. Los más jóvenes abonados del club no recuerdan ya la última vez que pudieron acudir a Balaídos a ver a su equipo y aquellos que vienen de fuera de Vigo deben hacer malabarismos para poder venir.

Ayer volvió a confirmarse esta tendencia. El partido contra el Real Madrid será a las nueve de la noche, ocho para el encuentro ante el Málaga y nueve menos cuarto para Almería. A ello le sumamos las también nueve de la noche del Barça y Eibar, y las diez de la noche de Granada y Rayo. Los horarios de cuatro, cinco y seis de la tarde son una utopía, incluso el incomodo del domingo por la mañana.

El celtismo no sabe lo que es presenciar un encuentro completo con luz diurna desde el pasado mes de octubre. Fue en el Celta-Villarreal que se jugó un domingo a las cinco de la tarde, el clásico horario del fútbol por antonomasia. Curiosamente la mejor entrada del año después del derbi ante el Deportivo. Por algo será.

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