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Foto: Domenech Castelló / EFE |
Augusto Fernández se reencontró con el gol ayer en El Madrigal. El internacional argentino no había probado este curso la sensación de celebrar un gol propio, algo extraño para un jugador que siempre se ha caracterizado por su facilidad para sumar goles. El “negro” no termina una temporada en blanco desde la 2008-09, cuando no marcó ningún tanto en los 21 partidos disputados con River Plate.
Desde entonces, sus cifras siempre han sido buenas para un centrocampista. Con Vélez Sarsfield anotó 4 y 7 goles respectivamente, en las dos temporadas que jugó en Liniers, y con el Celta marcó 6 en su primera temporada y 2 el pasado curso. Este año, sin embargo, parecía resistírsele el gol, que llegó más de un año después de su último tanto, anotado el 31 de enero de 2014 en Granada, un tanto que significaba la victoria en el último suspiro ante el cuadro nazarí.
El de ayer es el noveno tanto de Augusto con la camiseta del Celta, en 95 partidos disputados. Cifras positivas, teniendo en cuenta su demarcación en el terreno de juego, aunque preocupaba bastante la sequía de esta temporada, con un Celta demasiado dependiente de los goles de sus delanteros. Los futbolistas de segunda línea tendrán que aportar más de aquí a final de temporada para lograr el objetivo de la permanencia cuanto antes.
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