75 años en un minuto


Foto: Ricardo Grobas
Antes de comenzar el partido, los jugadores de ambos equipos se reunieron en torno al círculo central y entrelazaron sus brazos. El motivo merecía la pena. Un pequeño homenaje a un gran celtista. Don Basilio Ferreiro, socio número 1 del Celta, quien durante 75 años consecutivos fue abonado del club de sus amores. Es difícil resumir tres cuarto de siglo en un minuto de silencio, pero cada celtista presente en Balaídos pudo sentir lo que durante muchos años sintió Don Basilio. 

El Celta ha unido a generaciones enteras, a Don Basilio le unió también a sus nietas, amigos, familiares. Se lleva dentro, interiorizado. Sus compañeros de grada, sus compañeros de viaje, de gestas, estaban allí. Allí, en el recinto que Don Basilio vio nacer, allí donde disfrutó el primer ascenso a Primera, los años de Nolete, Hermidita, o el eterno Venancio. Allí donde sufrió durante una década los infructuosos intentos de ascender a Primera. 

Él entendía como nadie aquello de “sempre andan dicindo para o ano que ven”. Y ese año llegó, y se regresó a Primera, y disfrutó con el Celta por Europa, y se subió al vertiginoso ascensor que llevó al equipo de Primera a Segunda B, y de regreso a la máxima categoría en cuatro años. Disfrutó de la sabiduría de Pavic, el bigote de Vicente. Vio jugar a Manolo. Vivió tres finales de Copa del Rey, una participación en la Champions, seis en la UEFA… y hasta un proceso concursal. Lo vivió todo, y durante ese minuto de silencio el celtismo revivió los 75 años de Don Basilio como abonado celeste. 

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