Parecía que el día del Córdoba nos iban a señalar un penalti en contra. Parecía que a nuestro entrenador le quedaban menos de un telediario en el banquillo celeste. Parecía que con dos partidos de sanción ya no se sentaría más en el banquillo (si bien esto puede seguir pareciéndolo). Parecía que la mala racha no iba a acabar nunca.
Parecía que en Anoeta nos íbamos a pasear de nuevo mirando a Europa. Parecía que una Real sin Carlos Vela era inofensiva. Parecía que jugar de verde era incompatible con puntuar. Parecía que otra vez acabaríamos derrotados y el míster dimitido. Parecía que Nolito no iba a marcar desde que estuvo en la selección.
Parecía que este año nos íbamos a quedar sin poder ver el derbi en directo y en el campo, al menos los visitantes. Parecía que nadie se quería responsabilizar de la venta de entradas. Parecía que los violentos iban a triunfar, y que sus hazañas bélicas nos iban a privar a los aficionados de verdad de animar a nuestro club en el campo.
Parecía que nos íbamos de cabeza a segunda división. Parecía que con un 4% de posibilidades de permanencia nadie se salva. Parecía que nunca tendría que estar un año sin beber cerveza. Parecía que un año no acaba nunca.
Parece que el Atlético de Madrid está intratable. Parece que tras meterle cuatro al Madrid nos va a hacer papilla. Parece que viene reenganchado y re-motivado a Vigo. Parece que es imposible que pinchen en un campo "fácil" como Balaídos. Parece que no se contempla otro resultado en la quiniela que sea un dos.
Parece si parece, pero es que antes parecía.
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