Martínez Munuera, con errores en ambos lados


Foto: Xoan Carlos Gil
Justo es reconocer que en las dos jugadas claves del partido, Martínez Munuera se equivocó en contra del Atlético pero también del Celta. En un partido que supo llevar y no se le escapó en ningún momento, hay dos jugadas que han saltado a los medios nacionales como perjuicio madrileño. La mano de Augusto previa al penalti de Nolito no admite discusión. El árbitro entendió que no había voluntariedad y es el balón el que rebota en su brazo. Sin embargo, las imagenes invitan a lo contrario.

En las áreas acertó en la pena máxima que supuso el 1-0. Mario Suárez se come el regate de Nolito y le derriba con claridad justo delante del árbitro. No lo vio tan claro en el final de la segunda parte cuando Fontàs arrolla a Siquiera. El catalán intenta retirar su pierna pero no llega a tiempo y se lleva por delante al brasileño. La mano de Augusto y este penalti han sido destacados aunque a los atléticos le honra que no han querido ocultar la superioridad celeste con estos errores y han valorado como justa su derrota.

Lo que no recuerdan muchos medios es el claro penalti que se produce en el comienzo del partido. Miranda comprobó hasta el extremo la elasticidad y resistencia de la camiseta de Larrivey. Fue un agarrón de los que pasan desapercibidas pasan del trío arbitral en los saques de esquina pero merecedor claro de pitar penalti.

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