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| Foto: EFE |
A Iago Aspas le ha costado mucho convencer a Emery de que merece una oportunidad en el once inicial, pero ayer salió de cara frente al Espanyol, donde se volvía a encontrar con Colotto, que lo desquició un derbi, y del que se ha vengado en varias ocasiones. Primero en aquella última jornada de la Temporada 2012-13, cuando le rompió la cintura al argentino para asistir a Natxo Insa, y también ayer cuando anotó el tercer gol del Sevilla, que daba la victoria a su equipo frente al Espanyol.
El protagonismo del moañés en la victoria del Sevilla fue claro. Participa en el segundo gol, fuerza la expulsión de Kiko Casilla, que tocó el balón con las manos fuera del área para evitar un gol de Aspas, y anotó el tercer gol de su equipo sobre la bocina, para dar tres puntos que mantienen a los hispalenses muy vivos en la la lucha por puestos de Champions.
Hasta la fecha, Aspas apenas había contado en Liga, quedándose fuera del equipo en muchas ocasiones. Una de las que más le dolió fue ante el Celta, cuando, a pesar de calentar durante un buen número de minutos, no tuvo la oportunidad de saltar al terreno de juego. El moañés solo ha destacado en la Copa, donde Emerey dio minutos a los menos habituales en Liga en las primeras eliminatorias. Aspas respondió con goles, con dos tripletes ante el Sabadell, uno en la ida y otro en la vuelta. Anotó otro gol ante el Granada, que le convierte en el máximo goleador de la competición, superando en dos goles a sus perseguidores: Pedro y Kevin Gameiro.
Tras este partido, es probable que su presencia en el equipo aumente. Aspas ha demostrado que tiene sitio en el Sevilla, y lo ha hecho tirando de sus principales virtudes, las que le llevaron a ser la estrella indiscutible en el Celta del ascenso y en la primera temporada de los vigueses en la máxima categoría tras cinco años de travesía por el desierto. Su año en Liverpool no fue bueno, y sus primeros meses en Sevilla han sido duros, pero el trabajo dará sus frutos.
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