El mundo del fútbol, como casi todo en realidad, está lleno de tópicos que inundan los análisis post-partido, y los debates de aficionados durante la semana. Que haya un partido a la semana y que se hable de fútbol durante todo el año, implica que estas cosas ocurran. En Vigo no somos ajenos a esa moda, y desde tiempos inmemoriales ha sucedido. No sabemos en qué momento empezó, pero sabemos que los tópicos están aquí y han venido para quedarse hace mucho tiempo.
Sucedió la semana pasada, tras la derrota en Getafe y el enésimo partido sin conocer la victoria. Se pedía la cabeza de Berizzo, y se aseguraba que uno de los motivos del mal rendimiento del equipo era la falta de sintonía entre el cuerpo técnico y la plantilla. Lo que popularmente se conoce como “hacer la cama”, lo estaba padeciendo el bueno de Berizzo.
Es muy habitual que esto suceda, especialmente cuando los resultados no son los adecuados. Repasando la trayectoria de los entrenadores del Celta en la última década, casi todos han padecido en algún momento eso de que sus jugadores quieran forzar su despido, al menos según la creencia popular. Casi ninguno se ha librado, y por supuesto, Berizzo no iba a ser diferente a los demás.
El pasado sábado, sin embargo, la actitud de los jugadores sobre el terreno de juego despejó cualquier tipo de duda. Si alguien mantenía que existía algún interés por parte de la plantilla para que su entrenador fuese defenestrado, se empeñaron en disimularlo, dejándose la piel desde el minuto 1 hasta el 90, con un esfuerzo ingente que llevó a muchos jugadores a estar desfondados en la segunda mitad. Nadie de los presentes en Balaídos, ni de aquellos que vieron el partido por la tele, podrá sostener a día de hoy que los jugadores quieren a su técnico fuera, pero en la próxima derrota se volverá a comentar.
Otro tópico interesante es aquel que lleva a los entrenadores extranjeros a poner a sus compatriotas a toda costa. En este caso se lleva mucho con Augusto Fernández, puesto por decreto por el simple hecho de ser argentino, según aseguran muchos. En primer lugar conviene aclarar que un entrenador, más allá de la simpatía por sus paisanos, se juega el puesto en cada partido, y que una destitución es lo peor para alguien que comienza su carrera en España. Por otro lado, e irónicamente, este rumor convive con otro según el cual Berizzo y Augusto no se soportan. Cosas del fútbol.
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