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| Captura: Diario AS |
Corría el minuto 32 de partido, con cero a cero en el marcador, cuando se produjo la jugada polémica del encuentro. Un centro de Santi Mina impacta en los brazos extendidos de De Marcos. La acción no parecer admitir duda alguna, pero Martínez Munuera ordenó que siguiera el juego. El balón iba en dirección a la portería y el futbolista vasco salta de forma antinatural y con los brazos abiertos.
Esta acción, y la decisión de no señalar penalti, contrasta con otra acción similar vivida en el partido de Liga que disputaron ambos equipos en el mismo escenario. En aquella ocasión el balón impacta en Sergi Gómez, aunque las distintas repeticiones no aclaran si llega a tocar en el brazo del defensa catalán. El resultado fue que el colegiado corrió diligente a señalar la pena máxima. Desconcertante el criterio tan dispar de los árbitros.
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