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Foto: Jorge Landín |
Pablo Hernández ha tenido un recorrido singular en el mundo del fútbol. Formado en las categorías inferiores del Racing de Avellaneda, con 23 años ya había jugado en tres países diferentes. En Argentina con el Atlético Tucumán de su ciudad natal –de ahí el apodo–, en Uruguay con el Racing Club de Montevideo y el Defensor Sporting y en los Estados Unidos con el DC United. Tras su corta y poco afortunada experiencia norteamericana regresó a Argentina para fichar por Argentinos Juniors, con cuya camiseta comenzó a mostrar su mejor fútbol.
Dos años después, el 'Tucu' inició una nueva aventura en el extranjero, esta vez en Chile, tierra a la que le unen lazos familiares. El ahora jugador del Celta tiene antepasados chilenos e incluso vivió con su abuela en Chile durante un año en su más tierna infancia, razón por la que obtuvo la doble nacionalidad y defiende la zamarra de la selección chilena. Y fue en Chile donde alcanzó su madurez como futbolista. En un club modesto como el O'Higgins, orgullo de la ciudad de Rancagua (localidad de unos 230.000 habitantes), y donde coincidió por primera vez con Berizzo. El equipo del 'Toto' venía de ser segundo en el Apertura de 2012 y cuarto en el Torneo de Transición de 2013, en la primera mitad del año. La llegada del 'Tucu' fue uno de los factores que permitió al equipo dar el salto de calidad que llevó a conquistar el primer título de su historia.
O'Higgins y Universidad Católiga acabaron el campeonato igualados al frente de la tabla con 39 puntos en 17 partidos, por lo que tuvieron que jugarse el Apertura en un partido de desempate que se celebró el 10 de diciembre de 2013 en el Estadio Nacional Julio Martínez de Santiago de Chile. Pablo Hernández fue el autor del único gol del partido, en el minuto 33, al rematar con la zurda una falta cometida sobre él mismo y botada desde la banda izquierda.
Su magnífico rendimiento en el O'Higgins le abrió las puertas de la selección de Chile y del fútbol europeo. El Celta, siguiendo la recomendación de Berizzo, pagó 2 millones de dólares (1,5 millones de euros) para hacerse con sus servicios. El centrocampista de San Miguel de Tucumán llegó para cubrir el hueco dejado por Rafinha Alcántara, de vuelta al Barça tras finalizar su cesión, y estaba llamado a ser un futbolista importante, pero su suerte no tardó en torcerse.
En los primeros días de pretemporada, los servicios médicos del Celta anunciaron que el 'Tucu' había recaído de la lesión muscular que sufrió durante la concentración previa al Mundial con la selección chilena y que le impidió acudir a la cita de Brasil. Por delante, seis semanas durante las cuales sus compañeros se prepararían físicamente para el inicio de la temporada y él se limitaría a recuperarse de su dolencia. Pablo Hernández se perdió el primer partido de Liga contra el Getafe, pero se estrenó en el segundo. Disputó 5 minutos contra el Córdoba, 24 ante la Real Sociedad y debutó como titular en la cuarta jornada en el Calderón frente al Atlético, día en el que marcó su primer y hasta la fecha único gol con el Celta, un soberbio tanto con el tacón.
Sin embargo, pese a su llamativo estreno como titular, el rendimiento de Pablo Hernández no ha acabado de convencer. Ha sido titular en seis de los once partidos que el equipo vigués ha disputado desde entonces y en prácticamente ninguno ha realizado una actuación destacable. Berizzo pidió en su día "paciencia" con su pupilo, pero con el paso de las semanas aumentan las dudas sobre el que hace un año fue el héroe de O'Higgins.
Borja Barreira / Atlántico Diario
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