Celta 0 - Almería 1 [Mismo guión, idéntico final]


El Celta repitió el mismo guión de los últimos partidos en Balaídos, con un desarrollo similar y el trágico final que ya viene siendo habitual en el último mes de competición. Dominó a su rival, creó las mejores ocasiones, pero fue incapaz de batir al meta rival que, además, hizo el partido de su vida en Balaídos. Esta vez incluso desperdició el penalty, el que pitó Gil Manzano de los tres que hubo en el partido. Orellana estrelló un disparo en el larguero y el error de Fontàs en el gol almeriense salió caro. 

En el último partido del año, Berizzo apostó por un once que se está haciendo fuerte en las últimas jornadas. Sergio en portería, defensa de cuatro para Hugo Mallo, cabrla, Fontàs y Jonny. En la medular, Radoja, con Krohn-Dehli y Augusto, y en punta de ataque Orellana, Santi Mina y Charles. La ausencia de Nolito se puede explicar por sus molestias físicas, mientras que en el caso de Larrivey parece haber sido superado por Charles. 

Comenzó fuerte el Celta, con dominio del balón y mucha intensidad. A los ocho minutos lo intentó Orellana de volea, pero fue el Almería el primero en dar. Contra muy bien llevada por los andaluces, terminada con un centro al área en el que se produce una indecisión entre Sergio y Fontás. El meta se queda a media salida, y el catalán opta por una extraña cesión con el pecho que acaba en su propia portería. Hemed golpeó el balón en última instancia evitando el gol en propia meta, pero el tanto, fuese quien fuese su autor, subió al marcador. 

No se amilanó el conjunto vigués pese a este tanto, y tres minutos después llegó una de las mejores ocasiones del partido, con un remate de Cabral, cabeceando un saque de esquina, que obligó a Cuesta, que debutaba hoy en Liga, a lucirse. El balón buscaba la escuadra. Seguía llegando el Celta, fundamentalmente por la banda derecha, donde Orellana cobraba protagonismo. El chileno fue objeto de un claro penalty que Gil Manzano obvió. 

El dominio céltico seguía, pero era, en todo caso, bastante inofensivo. Había llegadas, había mucha posesión, casi un 70 por ciento en la primera mitad, pero faltaba profundidad y desborde. La banda de Santi Mina estaba muy desaprovechada, y el Almería no tenía excesivas dificultades para repeler el peligro local. Con todo, ya en tiempo de descuento, los jugadores del Celta pidieron penalty por manos de un jugador almeriense. En la misma jugada Fontàs fue derribado. 

La segunda mitad arrancó con un panorama similar, pero el Celta parecía estar más centrado en la búsqueda del gol. Berizzo implementó un cambio táctico, retrasando a Radoja al centro de la defensa, y ubicando a Fontàs en el mediocentro. Fueron nueve minutos hasta la entrada de Álex López por Radoja. Fontàs retrasaba nuevamente su posición y Krohn-Dehli se colocaba como cierre. 

Al cuarto de hora de la reanudación llegó otra clara ocasión para el Celta. Orellana bota una falta al borde del área, estrellando el esférico en la madera. Por cierto, en esta jugada se produjo una curiosa acción, ya que el balón tras besar el larguero volvió a pies de Orellana. El colegiado debió parar el partido y señalar infracción favorable al Almería, pero dejó seguir la jugada mostrando un preocupante desconocimiento de una norma básica del fútbol: Orellana no podía tocar el balón nuevamente hasta que lo tocase un compañero o un rival. 

Hecho este inciso continuamos con el relato, y merece la pena, porque esos fueron los mejores momentos del Celta. De hecho, tras la acción de Orellana, hubo otra clara ocasión céltica, con un disparo de Krohn-Dehli que merodeó la portería rival. Llegaba el Celta, y lo hacía mostrando más peligro que en todo la primera mitad, donde se asomó al área almeriense con demasiada timidez. 

A los 20 minutos Berizzo retiró a Santi Mina y dio entrada a Nolito. La entrada de Nolito acentuó el dominio céltico, y a los 71 minutos de partido llegó la ocasión más clara para los de Berizzo, después de que Orellana fuese objeto de penalty. Esta vez Gil Manzano no tuvo más remedio que señalarlo y Nolito fue el encargado de ejecutar lo que parecía el tanto del empate. Sin embargo Cuesta, que tuvo su noche, adivinó las intenciones de su paisano y detuvo la pena máxima. 

Ni de penalty, pensaban muchos entonces, y esta jugada ciertamente sentó como un jarro de agua fría al equipo, totalmente obsesionado con el gol. De hecho, en los minutos postreros, el juego del Celta cayó en un cúmulo de imprecisiones que no presagiaban nada bueno. Sergio evitó el dos cero aguantando muy bien ante Thievy, que se plantó solo en área rival. El de Catoira no estuvo fino en el gol, pero no se quería ir para casa sin su habitual milagro. 

En los últimos minutos, el juego cayó en una horrible sucesión de pérdidas de tiempo, fingimiento y fealdad. Esa a la que parece abocado el fútbol moderno cuando no hay un árbitro con personalidad. Por desgracia, de esos cada vez hay menos, así que en los últimos diez minutos, más los cinco de descuento, apenas se jugó al fútbol. Tampoco el Celta parecía estar muy fresco para aprovecharlo aunque se pudiese. 

Nueva derrota, y nuevo partido sin marcar. El Celta ya ha batido su récord histórico de minutos consecutivos sin ver portería. Un récord que coronaba a Carlos Aimar. Las diferencias entre este equipo y aquel son evidentes, pero el de Berizzo pasará a la historia por ser el que más minutos ha estado sin ver portería. Y el contador no se ha detenido. El primer partido del año será en Sevilla, una cancha difícil ante un rival de la zona alta. Pero eso será otra historia. 


Ficha técnica 

Celta: Sergio, Hugo Mallo, Cabral, Fontàs, Jonny, Radoja (Álex López, min.53), Augusto, Krohn-Dehli, Orellana, Santi Mina (Nolito, min.66) y Charles (Larrivey, min.81)

Almería: Cuesta, Ximo, Fran Vélez, Trujillo, Dubarbier, Verza, Corona, Thomas, Edgar (Mauro, min.84), Zongo (Thievy, min.75) y Hemed

Goles: 0-1, min.16: Hemed

Árbitro: Gil Manzano, del comité extremeño. Amonestó a Augusto, Charles, Santi Mina, Fontás, Orellana, Nolito, Ximo Navarro, Hemed, Cuesta

Campo: Balaídos, 14.523 espectadores. Antes del comienzo del partido se guardó un minuto de silencio en memoria de los abonados históricos José Carlos de Miguel Coll y Antonio Lagoa Rodríguez, recientemente fallecidos

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