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| Foto: FDV |
Balaídos presenta una floja entrada ante la imposición de horarios de las televisiones
Los dirigentes del fútbol español parecen decididos a acabar con el mayor espectáculo del mundo. Por un puñado de millones de euros permiten que las televisiones impongan los horarios, que distribuyen no se sabe muy bien con qué criterios. Así, el partido Celta-Eibar lo habían anunciado para el viernes a las 20.45 horas pero finalmente lo cambiaron para las diez de la noche de ayer. El interés de las cadenas está por encima del interés de los aficionados, que ante tantos caprichos reaccionan dejando de asistir a los estadios. Balaídos presentó ayer una de las peores entradas de la temporada (16.843 espectadores, según el club). Menos mal que la anunciada borrasca se quedó en el sur y este peninsular.
Y todo eso para que Mediaset, con los derechos de retransmisión del partido entre celestes y azulgranas, ofreciese el mismo a través de su canal Energy. Parece ser que en Cuatro tenían algo más interesante que ofrecer que el fútbol. Entonces, por qué se empeñan en mantener horarios tan inapropiados para los aficionados que acuden a los estadios. ¿Quieren matar el fútbol? Lo están consiguiendo.
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