![]() |
Foto: Jorge Landín |
Sobran las ocasiones, pero falta pausa ante la defensa del Eibar, agigantada a los ojos de los Quijotes celestes, que suman ya más de 300 minutos (306, para ser exactos) sin ver puerta. Han pasado tres partidos desde el momento culmen de la temporada, desde la histórica victoria en el Camp Nou, hasta la derrota infligida por el Eibar en la medianoche de ayer. En los tres encuentros el Celta generó más peligro que su rival y anoche incluso se adueñó de la contienda de un modo casi insultante. Pero en este negocio que es el fútbol todavía se compran las victorias con goles. No hay tribunales que repartan justicia ni calibren los méritos de los contendientes. Simplemente un marcador que bendice o castiga según tu puntería, dote de la que carece el Celta a día de hoy.
El factor Orellana
Eduardo Berizzo introdujo una única novedad con respecto al equipo que perdió el pasado fin de semana en Vallecas. Orellana ocupó el lugar de Augusto Fernández y saltó al césped de Balaídos empeñado en ser protagonista. El Celta pasó por encima de un Eibar endeble en defensa, que concedía demasiado, y las mejores ocasiones nacieron de las botas del discreto Fabián. Pero tanto Hugo Mallo como Nolito, tras sendas asistencias del chileno, se toparon con el cancerbero Irureta, parte importante del sueño que vive el Eibar y que acabó convertido en pesadilla para los jugadores celestes.
Con disfraz de grande
Dicen que ante los grandes no se perdona. Si lo haces, te devoran. El Eibar, debutante en Primera, se comportó en Balaídos como uno de los gigantes de la categoría. Se sacudió el dominio del Celta y comenzó a acercarse con cierto peligro a los dominios de Sergio. Saúl Berjón y Capa protagonizaron los primeros avisos y antes de que se cumpliera la media hora Manu del Moral firmó el 0-1, a la postre definitivo. Justo antes se topó con el 'Gato de Catoira', que realizó una soberbia parada pero no pudo evitar el tanto del delantero armero tras un buen servicio de Arruabarrena en una acción que nace de un error en la salida de balón de Gustavo Cabral.
La posesión
La posesión se ha convertido en una suerte de obsesión en el fútbol moderno. Y el 'Toto' Berizzo, sin exagerar, le da importancia. Quiere que su equipo sea protagonista a partir del dominio del esférico. Pero en partidos como el de ayer se convierte en una evidencia que, por encima de todo, en fútbol reina el acierto. Es, ni más ni menos, lo que le falta a este Celta que ayer remató prácticamente en veinte ocasiones sobre la portería de Irureta y no fue capaz de marcar ni un triste gol. Como le sucedió ante el Rayo la semana pasada y antes contra el Granada. Ni siquiera se vinieron abajo los celestes después de encajar el gol de Manu del Moral, pero sí acabaron el partido acelerados, con un ritmo alocado por momentos en busca de ese gol que se resiste desde que Larrivey convirtió en realidad el viejo sueño de ganar en el Camp Nou.
El calendario
El Celta acumula tres partidos consecutivos sin ganar y la amenaza de una mala racha más prolongada se vislumbra en el horizonte. Y es que, tras la visita del martes a Las Palmas en partido de Copa del Rey, el siguiente compromiso liguero de los vigueses tendrá como adversario al Real Madrid y como escenario el Santiago Bernabéu. Toca esperar otro milagro, como el del Eibar en Balaídos.
0 comments:
Publicar un comentario