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Foto: ED |
Emery, mientras tanto, lleva el asunto con calma. Y escuchando a quienes mejor conocen a Aspas, parece que el técnico vasco no se equivoca en su afán por ir introduciéndolo poco a poco en la dinámica del equipo.
"Es un jugador con una técnica excelente, con una percepción del juego superior a la media, pero, aunque no lo parezca, es un chico introvertido al que le cuesta adaptarse a los sitios. Imagino que eso también le está pasando un poco en Sevilla. Es un chico que necesita sentirse querido. ¿Un poco especial? Iago es muy, muy especial".
Así define al de Moaña Javier Maté, ex jugador y director de la cantera del Celta, que ha visto crecer al sevillista "desde infantiles hasta el filial", convirtiéndose en una de las personas más "influyentes" en la carrera del canterano celeste, según las propias palabras de éste.
Pero no sólo conoce bien a Aspas. Maté, ahora director general del club Rápido de Bouzas, también ha vivido en sus carnes la especial idiosincracia del sevillismo. Y por ello, se muestra convencido de que acabará rendido ante el jugador gallego.
"Yo sé lo que demanda esa afición, porque estuve allí dos años como segundo entrenador de Castro Santos, y creo que Aspas puede ser el Curro Romero del Sevilla, pero hay que aguantarle tardes buenas y malas. Imagino que Emery, que es inteligente, le irá dando cancha poco a poco. Y cuando eso suceda, Iago puede volcar el Pizjuán, porque el sevillismo es mucho de ese tipo de jugadores artistas", explica en su charla con ED el que fuera portero del Celta en los ochenta, que no duda de las capacidades de un futbolista que cuenta con el plus de su versatilidad, ya que, en su opinión, puede actuar tanto en punta como en los tres puestos de la media punta: "Puede jugar en cualquiera de las cuatro posiciones de ataque. No tiene la potencia de otros, el salto o el remate, pero tiene lo más importante, que es el talento; es capaz de inventar, de ver el fútbol como pocos, de asociarse... Por eso le da igual jugar en un puesto o en otro, porque al fin y al cabo es un chaval que le gusta este juego, aunque a veces también es esclavo de su talento".
Echando la vista atrás, además, Maté encuentra episodios que sirven para ilustrar un consejo que repite: "Hay que tener paciencia con él". Para ello, recuerda su salida del Celta en edad juvenil. "Tenía muy poco cuerpo, como ahora, y el entrenador le comentó que iba a jugar muy poco. Él no se negó a bajar al B, pero le ofrecimos irse cedido al Rápido de Bouzas y ese año fuera le vino muy bien para volver y ser el jugador que todos esperábamos que fuese", desvela el ex cancerbero, que también recuerda cómo Aspas mintió sobre su edad para entrar en la cantera celtiña: "Era una mentira piadosa, puesto que estábamos advertidos al estar ya su hermano mayor, Jonathan. Pero eso demuestra su personalidad, su ambición, sus ganas de jugar. Y cuando no lo consigue, se frustra, se deprime. Eso le sucedía de pequeño, pero ahora es ya un profesional y tiene que saber convivir con ello".
No obstante, Maté, que mantiene el contacto con su pupilo, no esconde que el año en blanco que pasó en Liverpool le ha afectado mucho y mal. "A otros, una experiencia así les sirve para madurar, pero a él no le ayuda nada, le encabrona".
Ahora, sin embargo, le ve feliz en Nervión, una plaza perfecta para mostrar su arte, pero le pide a Unai Emery que le dé más continuidad al gallego: "A otros les bastará con una buena tarde, pero él necesita como el comer dos o tres partidos como el que hizo en Sabadell. Que haga goles, que dé asistencias... Entonces se viene arriba y da un rendimiento que incluso está por encima de su nivel. Quizás le cueste aparecer, pero cuando lo hace deslumbra".
F. Mateos / Estadio Deportivo
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