El día que España sí perdió en Vigo


Torre inaugurada aquel día en la grada de Marcador de la época - Foto: AD
España nunca ha perdido un partido de selecciones absolutas en el estadio municipal de Balaídos. La historia así lo advierte. La oficial, porque la real discrepa. El 28 de noviembre de 1937, en medio de la Guerra Civil y fechas después de que cayese el frente norte (Asturias), España perdía 1-2 en Balaídos ante Portugal. Era la selección del bando sublevado al mando de Franco. Pero tuvo su reconocimiento oficial aunque ahora ya no conste. Porque con un intenso juego diplomático en París, Vigo se situó como epicentro de atención de toda Europa.

La Mannschaft germana nunca hasta hoy había competido en Vigo a nivel selección absoluta, pero en el 37 el país aliado de Franco jugó un papel primordial para que la FIFA, presidida por el francés Jules Rimet, aceptase que la España que tumbó al Gobierno republicano pudiera disputar partidos oficiales con cualquier país adscrito a la federación internacional. Franco, que ese año había chocado de bruces con la defensa de Madrid, lograba así un éxito internacional.

La idea era anunciada por un diario sevillano en los primeros meses del año. España iba a jugar pero en Sevilla el 15 de junio, con partido en Lisboa una semana después. En julio, llegaba la respuesta republicana a través de "El Mundo Deportivo" barcelonés, en aquel momento autoapellidado Diario de Deportes y de Guerra. En él se atacaba aquella idea, tildando al  equipo de "faccioso". Entendía el periódico que ese partido no podía producirse "porque Portugal, como Alemania e Italia, a pesar de su política, continúan afiliados a la FIFA". Y no iba a permitir que los "rebeldes" representaran a la "España leal y deportiva", la República, poseedora de la representación internacional de las federaciones.

Se equivocaron. En la capital gala, la delegación española, apoyada por Alemania e Italia, logró que se reconociese a la selección de Franco para jugar contra cualquier otro equipo nacional. La República también perdía la guerra en el terreno de juego. Éxito diplomático de las dictaduras europeas.

Y Balaídos fue el estadio elegido. El 21 de noviembre iban a medirse España y Portugal. Era el primer partido oficial de la nueva selección. Después, la Federación Portuguesa de Fútbol pedía una semana más para preparar el partido. El 28, nueva fecha del partido. Y locura en la zona "rebelde": Los siguientes partidos serían contra Alemania, Italia y Argentina.

Portugal se impondría 1-2, con goles de Sousa y Valadas frente al de Gallart ante 20.000 espectadores. Lleno total. Los de Amadeo García Salazar, de azul, alinearon a Eizaguirre; Ciriaco, Quincoces; Aranaz, Vega, Ipiña; Epi, Gallart, Vergara, Chacho y Vázquez. Sin cambios. El céltico Nolete se lo perdió. El seleccionador lo quería, pero no obtuvo permiso militar: se hallaba en el frente.

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