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Foto: Ricardo Grobas |
El jefe de los servicios médicos del Celta destaca en una carta la personalidad y profesionalidad del gato de Catoira
Es uno de los hombres de la temporada, una de las razones de la buena marcha del Celta en este arranque de curso. Sergio Álvarez, por fin, se ha hecho con la etiqueta de portero titular del equipo vigués. Sus actuaciones no han dejado indiferente a nadie. Ha pasado con nota el examen, pero el celtismo no olvida los partidos firmados por el gato de Catoira ante el Atlético de Madrid o el Deportivo. Uno de los integrantes del cuadro celeste, García Cota, aprovecha el momento del canterano para reconocer su profesionalidad y, sobre todo, la faceta humana de un hombre que hizo del trabajo y la paciencia sus señas de identidad para cumplir uno de sus sueños.
García Cota, jefe de los servicios médicos del Celta, aprovecha la misiva para destacar el papel de Sergio Álvarez durante estos años en los que tuve que esperar su oportunidad desde el banquillo.. Ese salto definitivo se produjo en la campaña del ascenso. Incluso la posible renovación de Falcón pudo haber propiciado su marcha. El destino y su paciencia se unieron para abrir, por fin, la puerta que tanto tiempo llevaba aporreando.
El gato de Catoira se presentó ante todo el celtismo con la lesión que apartó a Yoel de la portería durante prácticamente toda la segunda vuelta. Sergio Álvarez hizo olvidar al meta vigués y acabó siendo determinante en la consecución del ascenso. El arousano rozaba con las manos su nueva meta, debutar en la máxima categoría con el Celta, pero ese anhelo se truncó con la llegada de Javi Varas y el infortunio de una lesión de clavícula.
Sergio Álvarez continuó sin rendirse. El duelo de la temporada del ascenso regresaba a la portería. El arousano protagonizaría un bonito a mano a mano con Yoel. Luis Enrique, al igual que hicieron sus predecesores, volvió a dejar al gato de Catoira en el banquillo. Su oportunidad llegó a final de Liga y en un partido de Copa del Rey. Sus intervenciones sirvieron para demostrar que la portería celeste tenía tres metas de garantías.
Sin embargo, la marcha de Yoel al Valencia volvía a abrir una nueva oportunidad. Berizzo tenía un nuevo dilema. Dar la titularidad a Sergio Álvarez o decantarse por Rubén Blanco, una de las perlas de A Madroa. En esta ocasión el vencedor del duelo sería el gato de Catoira. En este inicio de curso ha cuajado dos brillantes actuaciones ante Atlético y Deportivo. Incluso en algunos medios de carácter nacional hablan del portero arousano como una de las revelaciones de la competición. Sin embargo, por que muestra García Cota en su carta, el rendimiento de Sergio no es una sorpresa. Su profesionalidad y su humildad le han llevado hasta la cumbre. Ha luchado por cumplir un sueño, un deseo que alcanzó su clímax la noche del 23 de septiembre cuando una parada espectacular al penalti de Medunjanin daba el derbi gallego al Celta, algo que no ocurría desde hace más de siete años. Final de película, desenlace feliz para un portero que se ha convertido en ejemplo dentro y fuera del terreno de juego.
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