La mala pata de Augusto


Foto: Pascu Méndez
La temporada ha comenzado para el internacional argentino Augusto Fernández como concluyó la pasada: con muy mala pata. El centrocampista, que no se había lesionado en su carrera hasta fichar por el Celta, encadenó el pasado viernes en el Martínez Valero su tercera lesión de cierta importancia en solo unos pocos meses.

Augusto, que de momento ha podido entrar en el equipo con cuentagotas por diferentes problemas físicos, no podrá regresar a los terrenos de juego antes de un mes. Berizzo lo hizo entrar en las rotaciones del partido contra el Elche pero el argentino apenas pudo permanecer 21 minutos sobre el césped del Martínez Valero antes de llevarse la mano al gemelo y pedir el cambio.

Las pruebas médicas practicadas al centrocampista confirmaban que sufre una rotura de fibras de primer grado en el gemelo interno de su pierna derecha que le mantendrá apartado de los terrenos de juego entre cinco y seis semanas.

Más que la gravedad de lesión, el problema es que llueve sobre mojado. Desde que se lesionó en el penúltimo partido de la pasada temporada frente al Real Madrid en Balaídos, Augusto apenas si ha podido estar unos pocos minutos sobre el campo en un encuentro oficial debido a tres lesiones de distinta índole.

Frente al Madrid, Augusto se produjo en el inicio del segundo tiempo un esguince en su rodilla que llegó a poner en peligro su convocatoria con la selección de argentina para el pasado Mundial de Brasil. El jugador celeste entró finalmente en la lista del seleccionador albiceleste, Alejandro Sabella, aunque no pudo disfrutar sobre el campo del éxito de alcanzar la final porque fue el único futbolista de campo que el técnico argentino no llegó a utilizar.

Su presencia en el Mundial le impidió realizar la pretemporada con el Celta. Y lo peor es que su puesta a punto se vio de nuevo interrumpida con una segunda lesión en el primer amistoso con Argentina tras la cita mundialista.

La decepción de no haber podido participar en el Mundial no se vio compensada en el amistoso que Argentina disputó contra Alemania en agosto pasado en Düsseldorf, durante el parón de Liga. Aunque pudo concluir el partido, tras el choque los médicos de la selección argentina detectaron una lesión muscular en el aductor de su pierna izquierda, concretamente una rotura de fibras de segundo grado con una pronóstico de recuperación de entre tres y cuatro semanas. Aunque el jugador forzó la máquina para apurar los plazos y consiguió estar a tiempo para estar a disposición de Berizzo en el clásico gallego, la alegría le duró bien poco. Apenas pudo disputar 20 minutos frente al clásico (suplió a Álex López en el 67) y no pudo disfrutar de la titularidad en Elche, donde se retiró lesionado antes de cumplirse la media hora de partido.

Julio Bernardo / Faro de Vigo

0 comentarios:

Publicar un comentario