El Celta muere con las botas puestas


Foto: Marta G. Brea
Con las botas puestas, volcado con toda su artillería sobre el marco rival, cedió el Celta su primera derrota esta temporada ante el eficiente Villarreal, que aprovechó un minuto fatídico de desatención del conjunto de Berizzo para poner, por primera vez en su historia, una pica en Balaídos. Poco hay que reprochar al equipo celeste más que esos segundos de pájara que Moi Gómez aprovechó para impulsar con dos goles al equipo amarillo hacia el triunfo; si acaso, algo más de claridad y contundencia en la finalización de las jugadas.

El equipo celeste gobernó la pelota y dominó el partido durante muchos minutos pero se mostró blando en la definición y acabó pagando muy caro un par de errores fatales. Pero incluso en las más desfavorables circunstancias tuvo el grupo de Berizzo valentía para sobreponerse al mazazo, paciencia para circular la pelota y coraje para vaciarse en busca de una remontada que cortejó antes de que Mario sentenciase el choque en una contra en el último minuto de partido. Demasiado castigo.

SESENTA SEGUNDOS FATALES 

El partido se le fue al Celta por la borda en un minuto de desatención. Berizzo había alertado la víspera de la necesidad de no perder la pelota en zonas del campo comprometidas y sus palabras acabaron resultando proféticas: Radoja perdió la bola en una zona delicada, Cherychev se la robó y aprovechó una caída de Planas para ganar la línea de fondo y centrar un balón al cogollo del área celeste que Moi Gómez cruzó al fondo de la red sin opciones para Sergio.

Un golpe inesperado -los amarillos apenas si se habían asomado tímidamente a los dominios de Sergio- que el Celta no consiguió digerir porque nada más sacar de centro Moi Gómez sisó el balón a Krohn-Dehli y, como si nada, avanzó sin oposición hasta el balcón del área para batir de nuevo a Sergio con un poderoso disparo cruzado.

NOLITO GUISA, LARRIVEY COME

El segundo gol del Villarreal espabiló al Celta, que volvió a adueñarse de la pelota, como quería Berizzo, y la movió con velocidad en busca de la portería de Asenjo, el mejor de los amarillos ayer. Y Krohn-Dehli le obligó a lucirse enviando la pelota a córner antes de que Nolito hiciese una diablura. El sanluqueño se le echó encima a Víctor Ruiz, le hurtó con limpieza la pelota y el balón le llegó a Larrivey, que también rondaba al defensa y se sumó a la fiesta. Nolito lo guisó para que el argentino le igualase en la tabla de goleadores con su cuarto tanto de la temporada. El gaditano prefirió esta vez sumar una asistencia a su cuenta y es ya el mejor del equipo en esta faceta, con cuatro.

Resulta curiosa la facilidad que Larrivey está encontrando para anotar en los partidos de casa. En Balaídos, el delantero argentino sale a gol por encuentro. Lleva cuatro en los cuatro choques que ha jugado esta temporada en el estadio vigués y otro más el pasado curso, cuando militaba en las filas del Rayo Vallecano.

MONÓLOGO CELESTE

Salvo en los instantes iniciales, en los que el Villarreal apretó y obligó a Sergio a lucirse para sacar con el pie un disparo con veneno de Mario, el segundo tiempo fue un monólogo del Celta. El equipo vigués gobernó la pelota y obligó a los amarillos a apilarse en torno a Asenjo, que tuvo que recurrir a su mejor versión para salvar al conjunto de Marcelino.

La pelota se paseó por delante del área amarilla una y otra vez sin encontrar rematador franco, cuando los celestes consiguieron conectar algún remate, Asenjo se las compuso para conjurar el peligro. Tuvo no obstante muy cerca el empate con un remate de tijera de Fontás que Bruno sacó de cabeza sobre la línea de gol. Nolito, tras un magistral pase de Krohn-Dehli, y casi con el tiempo cumplido, Larrivey también rondaron el empate, pero Asenjo, bien colocado, adivinó sus intenciones y desactivó el peligro con excelentes paradas.

CUATRO DELANTEROS

La incapacidad del Celta para traducir su domino sobre el campo en el gol del empate llevó a Berizzo a quemar las naves y alinear cuatro delanteros. Charles relevó a Álex López (ayer el tercer cambio de Berizzo) y se sumó al tridente de ataque con sentido. Quizá de haber entrado algunos minutos antes, las cosas habrían ido mejor al Celta. El técnico céltico dio también la alternativa a Madinda, que no desaprovechó sus oportunidad y demostró que puede ser muy útil este equipo en el futuro, mientras que Jonny relevó a Planas en un cambio natural que no dio el resultado apetecido de proporcionar mayor profundidad a la banda.

MAL ARBITRAJE

Aunque no tuvo que resolver jugadas polémicas, el Celta se vio perjudicado por el mal arbitraje de Álvarez Izquierdo, que adoleció de una imperdonable falta de criterio en la señalización de las faltas y erró gravemente con las tarjetas.

Julio Bernardo / Faro de Vigo

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