Si hay dos jugadores a día de hoy inamovibles en el once del Celta esos son sus extremos. Se puede cuestionar si Sergio es mejor portero que Rubén Blanco o viceversa, dudar sobre la suplencia de Hugo Mallo, entender que Charles puede aportar tanto o más que Larrivey y conjeturar qué combinación de mediocentros es la mejor, con Álex López, Krohn-Dehli, Augusto y Pablo Hernández como candidatos a dos puestos. Pero que Nolito y Orellana deben ser titulares es un hecho incuestionable a tenor de su rendimiento en lo que va de año.
Lo curioso es que estos dos futbolistas que tan bien se entienden sobre el terreno de juego se hacían hace un año competencia directa. Tras el fichaje de Nolito, Luis Enrique decidió prescindir del hasta entonces extremo izquierdo titular del Celta: Fabián Orellana. El técnico le comunicó al chileno que no contaba con él y llegó a asegurar públicamente que no le servía ni como hombre de refresco. Pero el futbolista sudamericano decidió seguir en Vigo, ciudad en la que su familia se encuentra muy a gusto, y pelear por una oportunidad.
Orellana llegó a la décimo quinta jornada del campeonato con una titularidad a sus espaldas, pero fue precisamente en esa semana de competición en la que cambió su sino. Jugó de inicio contra el Almería y su actuación, gol incluido, resultó vital en la primera victoria del Celta como local la pasada temporada. Sin embargo, su entrada en el equipo coincidió con la salida de Nolito, que durante la primera vuelta estuvo lejos de justificar los 2,5 millones de euros que el club vigués había abonado al Benfica para hacerse con sus servicios.
Mientras Orellana sorprendía con su mejor versión desde la campaña del ascenso, el de Sanlúcar de Barrameda esperaba su oportunidad en el banquillo. Coincidieron por primera vez como titulares en la vigésimo segunda jornada, en la que el Celta ganó 1-2 en Granada, pero no volvieron a formar parte del mismo once inicial hasta el mes de marzo. Concretamente el día 8 fueron titulares contra el Atlético en Balaídos. El equipo de Luis Enrique cayó 0-2, pero Orellana y Nolito iniciaron un romance futbolístico que hoy pervive más sólido que nunca.
Su aportación ya había sido decisiva en dos victorias anteriores –Nolito firmó un gol y Orellana repartió dos asistencias ante el Betis (4-2) y ambos marcaron en el triunfo sobre el Villarreal (0-2)–, pero fue a partir de entonces cuando sus goles y asistencias de gol se convirtieron en vitales.
El Celta sólo ganó dos partidos entre la 25ª y la 33ª jornadas y en ambos casos gracias a un solitario gol de Nolito, ante el Levante (0-1) y el Sevilla (1-0). A partir de ahí, ambos se lucieron en la mejor fase de la temporada del conjunto celeste. El gaditano marcó un tanto y el chileno dio un pase de gol ante la Real Sociedad (2-2), justo antes de que Nolito enlazase tres dobletes consecutivos frente a Almería (2-4), Valladolid (4-1) y Osasuna (0-2), asistencia incluida en el primero de esos tres encuentros, en los que Orellana firmó un gol (en Almería) y nada menos que cinco asistencias: una en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo y dos frente a pucelanos y navarros.
El nivel que ambos ofrecieron en la segunda vuelta del curso pasado los convirtió en piezas muy apetecibles en el mercado de verano, durante el cual tuvieron serias opciones de cambiar de equpio. Así, el Colo Colo llegó a presentar una oferta formal para recuperar al jugador formado en sus categorías inferiores, que por otro lado tenía un "problema personal" que hizo que se plantease seriamente la posibilidad de volver a su país natal. Finalmente, el Celta le convenció para que continuase defendiendo la zamarra celeste, igual que hizo con Nolito. El gaditano tuvo en sus manos la decisión de cambiar de aires, ya que un club de la Premier League inglesa estaba dispuesto a despositar su cláusula de rescisión, pero prefirió seguir en Vigo y el club con sede en Praza de España premió su fidelidad ampliando y mejorando su contrato, para lo cual rompió el techo salarial del plantel.
Iniciada la temporada, ambos han demostrado que el esfuerzo del Celta para mantenerlos en nómina merecía la pena. En la primera jornada ambos marcaron un gol en la victoria sobre el Getafe y, además, Nolito asistió a Larrivey en el 3-1 definitivo. Y el sábado volvieron a ser los dos grandes referentes ofensivos del ataque celeste, aunque en este caso fue Orellana el único que vio puerta.
Así, en los últimos 21 partidos (los 19 de la segunda vuelta del curso 2013/2014 y los dos primeros del presente ejercicio), Nolito acumula 12 goles y dos asistencias y Orellana suma 6 tantos y otros tantos pases de gol. Han firmado 18 de las 30 dianas del equipo en este tiempo y contribuido de manera directa a que el equipo sumase 26 de sus últimos 34 puntos (un 76% del total).
Forman, sin duda, la pareja de moda del Celta a pesar de que sólo han coincidido en el once inicial del equipo vigués en once ocasiones, nueve en la segunda vuelta del curso pasado y dos en la Liga que acaba de empezar y que ambos han comenzado a un gran nivel.
Borja Barreira / Atlántico Diario
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