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| Foto: Morell / EFE |
A la sexta fue la vencida. Después de encajar gol en las cinco primeras jornadas de Liga, el Celta logró por fin dejar su portería a cero, lo que valió además para lograr los tres puntos en el difícil Martínez Valero. Hasta la fecha, Sergio nunca se había ido al vestuario plenamente feliz. En la primera jornada, el Getafe no fue rival para los de Berizzo, pero aún así logró marcar un gol en una contra llevada por Lafita. En la segunda jornada fue el Córdoba quien, a pesar de no llegar mucho a la portería de Sergio, logró un gol que valía además un punto y arrebataba dos al Celta.
En los dos siguientes partidos, Sergio tuvo que recoger el balón hasta dos veces del fondo de las mallas. Ante la Real Sociedad, en la segunda parte, con remontada incluida de los donostiarras, y siete días después en el Vicente Calderón. En ambos partidos, el Celta mostró debilidades defensivas, aunque frente a los colchoneros Sergio estuvo espléndido, salvando al equipo de una más que probable derrota.
El pasado martes, en el derbi, ante el rival más flojo al que se ha enfrentado el Celta, también encajó gol en uno de los pocos remates herculinos a portería. El Deportivo pudo incluso marcar el segundo, pero Sergio, con un movimiento felino, evitó el empate deteniendo un penalty a Medunjanin. Así se llegaba a Elche, donde Sergio estuvo más que correcto, y vio como Fontàs despejaba una falta a su propio travesaño. Con todo, el equipo aguantó los 90 minutos sin encajar, y Krohn-Dehli se inventó un maravilloso pase de cuchara que Nolito transformaría en el gol de la victoria.
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