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| Foto: Jorge Landín |
La excelente pretemporada del Celta ha distraído la atención pública del hombre que estaba destinado a acapararla: Pedro Pablo Hernández. La afición todavía no ha podido conocer de primera mano las cualidades del teórico fichaje estrella. Ya debiera faltar menos. El chileno, nacido en la localidad argentina de Tucumán y en consecuencia el "Tucu" para el fútbol, vuelve a trabajar con el grupo.
Hernández protagonizó la única contratación que Berizzo pidió de forma específica al firmar como técnico del Celta. El centrocampista había sido una pieza básica en su O'Higgins. Costó 1,6 millones. Llegó pronto porque una lesión le impedía disputar el Mundial con Chile. Y recayó. El 12 de julio se le reabría la rotura fibrilar de grado II en el recto anterior de la pierna izquierda. Una zona sensible.
Al Tucu se le ha mimado por la recidiva de su lesión. Se han respetado de forma escrupulosa los plazos. Ayer, el chileno pudo ejercitarse al fin con el resto del equipo aunque de forma limitada, evitando los gestos peligrosos. No está para medirse al Getafe. Raro será verlo en Córdoba. Como la Liga se detiene después, el choque ante la Real Sociedad del sábado 13 de septiembre puede ser el ideal para que se haga ver.
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