Orellana, en permanente estado de gracia

Foto: LOF

Fabián Orellana vive en un permanente estado de gracia desde que logró la titularidad con Luis Enrique allá por el mes de noviembre del pasado año. El chileno, que empezó el pasado curso en el banquillo, y a veces en la grada, ha resurgido hasta dar un nivel mucho mayor del que imaginó el Celta cuando pagó más de un millón de euros al Granada para recuperar a uno de los héroes del último ascenso. 

En la banda izquierda o en la derecha, con independencia de cuales sean sus compañeros de batalla, el rendimiento de Orellana ha sido magnífico, dejando en cada partido detalles de su gran calidad. Su tamaño invita a pensar en un futbolista con facilidad para irse al suelo, talentoso pero poco trabajador. Todo lo contrario. Orellana es duro como una piedra, no teme el uno a uno, encara con el balón, y encima al rival para recuperarlo. Pero además es cada vez más efectivo. 

En la tarde cordobesa dejó otra vez la impronta de su calidad, premiada en esta ocasión con un gol que no fue suficiente para lograr una victoria que hubiese hecho justicia a los méritos de cada uno de los contendientes. Casi todas las acciones de peligro del Celta partieron o terminaron en sus botas. Su entendimiento con Nolito, con quien forma una pareja letal en los extremos, es un bien que el Celta debe preservar para seguir progresando como equipo. 

El delantero céltico acalló, además, a las pocas voces críticas que pudo tener durante el verano cuando se hablaba de su posible regreso a Chile a cambio de Esteban Pavez. Muchos daban por bueno el trueque asegurando que su rendimiento bajaría tras el mundial, como si el buen juego realizado en la segunda vuelta de la Liga solo estuviese motivado por su presencia en el mundial. Con el siguiente mundial demasiado lejos, su rendimiento no solo no ha bajado, sino que incluso se ha incrementado. Orellana sigue siendo el mismo, pero la solidez del resto del equipo le ayuda a ser mejor. Asistimos a sus mejores momentos como futbolista, en plenitud de condiciones y con la edad ideal para dar lo mejor de sí mismo en Vigo. Hay que aprovecharlo y disfrutarlo.