Larrivey, corazón ´rossoblu´


Foto: Jorge Landín 
Charles y Larrivey, rivales por el puesto de ariete, se parecen mucho en el esfuerzo que les ha costado asentarse en la élite del fútbol europeo. Si el brasileño visitaba el miércoles Pasarón, el hogar de Segunda B donde creció, el argentino se mide hoy al Cagliari, el equipo en el que no llegó a cuajar.

El partido contra el Cagliari tiene un importante componente sentimental para Larrivey. El ariete argentino jugó en la escuadra italiana en tres etapas distintas, entre 2007 y 2012. Nunca llegó a cuajar en el club sardo. Hoy apunta a titular en el Celta de Berizzo, en lo que sería otro capítulo de una espléndida madurez futbolística por la que pocos apostaban en su intermitente hogar de Cerdeña.

El Cagliari fue su puente a Europa. El club italiano lo fichó de Huracán en verano de 2007. En febrero de 2009 lo cedía a Vélez Sarsfield para un Clausura en el que se proclamó campeón. Volvió a jugar en la liga 2009-2010 en el Cagliari, que en la siguiente campaña lo prestó al Colón de Santa Fe. Larrivey regresaría por tercera y última vez al Cagliari para el ejercicio 2011-2012. Al fin, en el mercado invernal de 2012 rescindía su contrato con los trasalpinos y se mudaba al Atalante mexicano. En total, entre el ida y vuelta, 102 partidos y 16 goles con el equipo "rossoblu".

Todos los analistas de la serie A pensaron que el fútbol europeo se había terminado para Larrivey el día en que partió hacia México. Por eso sorprendió a muchos que el Rayo Vallecano lo fuese a buscar. Y más que lograse triunfar con la elástica vallecana.

"Larrivey, da 'bidone' a Cagliari a 'star' a Madrid, la doppia vita di un attaccante", tituló su información La RepubblicaTV cuando el ariete se puso al frente de la remontada rayista en la segunda vuelta de la pasada Liga. "De papelera a estrella", sería la traducción literal de esa llamada "doble vida". Se explica: "Bidone d'oro", por similitud fonética y antonimia con el "pallone d'oro", es el premio sarcástico que un programa radiofónico italiano concede a las mayores decepciones de cada campaña en la serie A. Un galardón concedido a gente como Rivaldo, Vieri, Adriano o Pato. Larrivey no llegaba a esos niveles de fracaso. Lo mencionaban como la particular frustración del Cagliari, en el que sus momentos de plenitud profesional fueron raros.

Larrivey, sin embargo, sí tuvo en el viejo estadio Sant'Elia, que el Cagliari ha jubilado hace poco, el mismo soporte popular que en Vallecas. Porque aunque suplente y escaso en goles, se ganó el corazón de los hinchas sardos con su esfuerzo. "Aunque deba jugar en la luna, mi corazón será azul y rojo", declaró al hacer las maletas por última vez. El Cagliari News se despedía así de él en un editorial: "Este (Larrivey) es el jugador que se puede definir como campeón. No es solo campeón el que con sus goles conduce un equipo a la victoria, también y sobre todo el que por esa escuadra da el máximo saliendo siempre del rectángulo verde con la camiseta empapada de sudor".

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