Además de los tres empates, los partidos de la gira inglesa del conjunto vigués tienen el mismo denominador común, ir siempre por detrás en el marcador, además encajando goles a las primeras de cambio en dos de los partidos.
Porque tanto en Norwich como ayer en Burnley, el equipo vigués salió perdiendo del vestuario. El recién descendido hizo dos goles en 11 minutos y ayer los recién ascendidos marcaron por la vía rápida, y además, en la jugada siguiente al empate, fueron capaces de volver a marcar, lo que habla de un problema de concentración o de algún desajuste que el cuerpo técnico de Berizzo debe corregir.
Por contra, el equipo vigués ha demostrado un gran poder de reacción a lo largo de toda la gira. Siempre se ha repuesto, no solo en goles y en el marcador, sino sobre todo a nivel de juego, con control de partido y creando un buen número de ocasiones ante equipos por tradición rocosos a nivel defensivo. Hoy tendrán una prueba de fuego.
La Voz de Galicia
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