Las novedades del intenso profe Pablo Fernández


Foto: Jorge Landín
El grupo de ayudantes de Eduardo Berizzo todavía supera al que presentó hace un año Luis Enrique. En esta ocasión no llega con la figura del psicólogo, que en teoría era externo pero que no salió de A Madroa en toda la temporada, pero lo hace con preparador de porteros. Por primera vez no será un técnico de la casa quien entrene a los hombres con guantes, sino que Carlos Kisluk será el encargado de hacerlo.

El profe Pablo Fernández, vinculado al Toto desde sus inicios como entrenador y que fue el ideólogo de trabajar en dos campos anexos, tuvo un papel protagonista en la primera sesión. Por impartir órdenes, por predicar con el ejemplo, por arengar a los jugadores y por sus novedades. La temporada comenzó a ritmo de esterillas y siguió con un circuito en donde por primera vez uno de los ejercicios era saltar la cuerda. Cada uno a su modo. Incluso Berizzo aprovechó los saltos de Krohn-Dehli para tener un primer intercambio de pareceres con el danés.

Después de esta primera parte, en campo sintético, el preparador físico ordenó a los 24 futbolistas pasarse a la hierba para que el balón tomase protagonismo, primero con con seis rondos de cuatro unidades (uno de ellos formado exclusivamente por canteranos) y después con un partidillo sin porterías, en la franja central del campo y con los jugadores exteriores a un solo toque. Luego, en la parte final, cambio de botas por zapatillas y velocidad. Aquí llegó la segunda novedad: para señalar la zona a recorrer, el nuevo cuerpo técnico se hizo ayudar de una cinta previamente enrollada en la típica extensión de cable.

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