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| Foto: Marta Grande |
El Celta tiene la intención de adquirir una plaza en Segunda B para mantener a su filial en la categoría de bronce. El coste de la adquisición de dicha plaza se estima en unos 600.000 euros, una cantidad muy respetable y que genera cierto debate. Ya hace dos años, con el Celta B recién descendido a Tercera División, el conjunto de Carlos Mouriño intentó hasta el último momento que su filial siguiese compitiendo en la misma categoría.
En ese momento no lo logró, pero parece que aquella experiencia no amilana al Celta, que pretende, ahora sí, alcanzar lejos de los despachos el objetivo inicialmente marcado para el césped. No sabemos qué sucederá finalmente, pero lo cierto es que la cantidad que el Celta invertirá para lograrlo tal vez sea excesiva.
¿Tan importante es tener un filial en Segunda B? ¿Merece la pena el gasto de 600.000 euros? ¿Se podría invertir esa cantidad en el salario de un futbolista para el primer equipo? ¿No es posible ascender en un año a Segunda B y ahorrarse esa cantidad?. La diferencia competitiva entre Segunda B y Tercera División, aún existiendo, tal vez no sea suficiente como para realizar tal desembolso.
Al margen de la conveniencia económica de este movimiento, hay otra cuestión que preocupa a algún sector de la afición. El fútbol moderno permite cosas como estas, algo que repudian aquellos que son contrarios a las novedades del balompié en los últimos años. ¿Es ético comprar una plaza en Segunda B? ¿Prefieres recuperar la categoría en los despachos o en un terreno de juego?.
Hoy abrimos el debate, con una encuesta sobre este asunto. ¿Qué opináis? ¿Creéis que el Celta debe comprar una plaza en Segunda B? ¿Estáis de acuerdo con este asunto? Como siempre, gracias a todos por participar en nuestras encuestas.
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