Un lustro de constante evolución


El Celta completará este año un lustro fantástico en el que la evolución del equipo y de la entidad ha sido espectacular. El conjunto vigués ha logrado progresar a todos los niveles, tanto deportiva como económicamente, y también en lo social. El crecimiento progresivo del equipo le ha llevado de lograr la permanencia en Segunda División de forma agónica, a ocupar una de las diez primeras plazas de la mácima categoría. 

Un reto encabezado por Carlos Mouriño y su consejo de administración, tras tres años horribles en los que el equipo se asomó al abismo, llegando a temer incluso por su supervivencia. El choque ante el Alavés fue un punto de inflexión para el club, marcado por el doblete de Iago Aspas ante el conjunto vasco, que evitaba el descenso a la categoría de bronce. Ya entonces, el equipo había vivido una profunda transformación a causa de las estrecheces económicas. 

Eusebio Sacristán era el entrenador, uno de los arquitectos del Celta del ascenso. Bajo su batuta llegaron al primer equipo muchos de los canteranos que luego fueron claves con Paco Herrera en el banquillo. La Temporada 2009-10, tras un mal inicio de campeonato, se logró la permanencia con cierta holgura, e incluso se realizó un papel brillante en la Copa del Rey, eliminando a Primeras como el Tenerife o el Villarreal, y plantando cara a todo un Atlético de Madrid, que unos meses después se proclamaría campeón de la Europa League. 

Diferencias entre Eusebio y un miembro del club, provocaron su marcha, llegando en su lugar Herrera. En la Temporada 2010-11 los fichajes de David Rodríguez, De Lucas y Joan Tomàs dieron un salto de calidad al equipo, que pasó a pelear por el ascenso, siendo eliminado por el Granada en la famosa tanda de penaltis de Los Cármenes. Se resistía el salto de categoría, que llegaría un año después tras una temporada muy brillante en la que el conjunto de Herrera lograría el ascenso directo. 

Ya en Primera, con Iago Aspas convertido en estrella indiscutible del equipo, hubo momentos muy duros, que costaron el cargo a Paco Herrera, llegando Abel Resino en su lugar. El técnico toledano logró reflotar al equipo, logrando la permanencia de forma agónica tras ganar los dos últimos partidos del campeonato. Muchos daban por muerte al equipo, que demostró su carácter, forjado tras los duros años en Segunda División. La historia de este año ya es conocida por todos. 

Pero la transformación del Celta no ha sido solo a nivel deportivo. El apartado económica ha dado un giro de 180 grados. Desde la bancarrota que provocó la entrada en Concurso de acreedores, el club presidido por Mouriño ha sabido ajustar los gastos y maximizar los ingresos hasta sanear al club. Seis años después de acogerse a la Ley Concursal apenas hay deuda, y si la hay es totalmente asumible. El Celta ha pasado de desprenderse de sus canteranos por cantidades ínfimas a vender a Iago Aspas al Liverpool por 9 millones de euros. 

Y si el apartado deportivo es importante, y el económico quizás más, ningún club evoluciona sin la otra pata: La afición. La cuadrutura del círculo. La masa social de los celestes se ha incrementado de manera notable en el último lustro. Las imágenes de un Balaídos semi vacío, con mucha butaca visible y lonas que ocultaban la vergüenza, han dado paso a la imagen vista este año, con las mejores entradas que ha registrado el vetusto coliseo vigués en muchos años. Mejor incluso que en la época europea, los mejores años del club a nivel deportivo. 

La masa social ha credido cuantitativamente, pero también cualitativamente. Tal vez el aspecto más destacado. El "run run" de los últimos años en Primera ha dado paso al apoyo incondicional de una afición que ha bajado a la tierra tras muchos años en un cielo irreal. En los peores momentos ha sabido dar un apoyo fundamental al equipo que se ha visto reflejado posteriormente en los resultados obtenidos. La crisis ha dado paso a un necesario cambio generacional, con presencia de muchos aficionados jóvenes y la creación y consolidación de diversas peñas. 

Llegaron Centolos celestes hace seis años, y posteriormente otras peñas como Preferencia Celeste, y especialmente Irmandiños, que ha dado un salto de calidad enorme a la animación en Balaídos. Además, otras como Comando Celta o Carcamáns se mantienen más fuertes y animosas que nunca. Tanto las nombradas, como las que nos dejamos en el tíntero, unidos a los aficionados que apoyan en solitario, hacen de esta entidad una de las fuertes y con más futuro del fútbol español. Un lustro de constante evolución a todos los niveles del que solo debemos sentir orgullo. 

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