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Foto: Pep Morata |
El conjunto vigués tenía asumido desde la semana pasada que la salida de Luis Enrique sería un hecho consumado y que a Torrecilla le correspondía activar el plan B. Pedro Posada, uno de los vicepresidentes comentó en Cuatro la semana pasada que «él tiene un año más pero sabemos quienes somos, en donde estamos y que no podemos luchar contra el Barcelona». Desde el minuto cero del affaire, el cuadro vigués tuvo claro que su objetivo principal era alcanzar un acuerdo amistoso con la entidad culé, guardando silencio sobre la cláusula de rescisión. Hasta se llegó a poner en duda de que había firmado por dos años.
Por otra parte, el Celta no tenía conocimiento de la reunión de ayer entre Zubizarreta y Luis Enrique, aunque como en todos los casos, el club no ha querido entrar en valoraciones y se decanta por el silencio más absoluto.
Con Luis Enrique más fuera que dentro, comienzan a llegar los futuribles, y uno de los primeros nombres que han sonado es el de Berizzo, aunque el excéltico pudiera seguir en Chile en el Universidad Católica.
La Voz de Galicia
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