El 29 de agosto de 2009, Hugo disputó sus primeros minutos como profesional. Fue en Balaídos con el Numancia de rival y el marinense disputó 45 minutos como lateral izquierdo al tener que suplir al lesionado Roberto Lago. "Fue un debut bueno en lo personal, pero triste en lo colectivo porque perdimos 1-2 –recuerda–. Cuando empecé era un niño, con 18 años recién cumplidos, y no me esperaba para nada llegar tan pronto". Porque Eusebio Sacristán y el club decidieron que saltara desde el equipo juvenil al primero sin haber disputado ni un partido con el filial.
Aquella primera campaña ya jugó 30 partidos, alcanzando también esa cifra en la siguiente y subiéndola hasta los 37 en la del ascenso a Primera. Tal continuidad sólo se rompió cuando en enero de 2013 se rompió la rodilla en el choque copero en el Bernabéu y, aún así, le dio tiempo a jugar 21 encuentros. Tras sufrir en el verano, en el presente curso ha vuelto como si nada y ya acumula 31 partidos, siendo el jugador de campo del equipo con más minutos disputados (2.544).
En todo este trayecto, Mallo reconoce que "ya llovió mucho, he aprendido mucho. El club requería de esa premura en la madurez. No sólo de mí, sino del resto de chavales que empezaron en aquel momento". Y una de las pruebas de ese crecimiento es que esta temporada es uno de los cuatro capitanes del equipo, labor para la que se preparó, sin saberlo, "fijándome en capitanes como Noguerol, Borja, Falcón... De todos he aprendido algo. Espero estar haciéndolo bien".
El sábado, si juega, llegará a 150 partidos y "una vez que acabe, si conseguimos los tres puntos, valoraré el número redondo". De cara al futuro, asegura que "ojalá juegue 150 partidos más. Sé que es muy difícil y a medida que van pasando los años, más. Pero mi meta es jugar el máximo número de partidos con el Celta porque soy feliz aquí. Ojalá esté aquí hasta que acabe mi carrera, aunque sabemos que es muy complicado".
Ninguno de los compañeros que vieron a entrar a Hugo en el campo el día de su debut desde el campo sigue en la plantilla celeste. El equipo ha cambiado casi en su totalidad y "de cuando empecé a entrenarme con el primer equipo, sólo quedamos tres –Oubiña (que estaba lesionado), Yoel y él mismo–. El equipo va cambiando, pero siguen subiendo jugadores".
De la generación de canteranos que protagonizó el ascenso, Hugo ha visto salir del equipo en la presente temporada a Roberto Lago, Iago Aspas, Andrés Túñez, Jonathan Vila y Toni Rodríguez. El marinense reconoce que "es un fastidio que se hayan ido. Nos duele porque nos conocemos desde categorías inferiores y subimos casi a la vez. Como gente de casa que somos, nos llevamos muy bien y es triste que se vayan. Pero sabemos que es ley del fútbol. Un día les tocó a ellos y otro me puede tocar a mí. Aunque duela, hay que mirar hacia delante".
Santi Alonso / Atlántico Diario
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