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Foto: LFP |
Nolito se convirtió el pasado verano en uno de los fichajes estrella del proyecto que iniciaba Luis Enrique. El gaditano, indiscutible en la etapa del asturiano en el FC Barcelona B, regresaba a la Liga tras un efímero paso por el Granada. Dejaba la Liga portuguesa y afrontaba con la elástica del Celta su oportunidad en la máxima categoría del fútbol español.
El jugador gaditano mostraba su descaro en pretemporada. Sería el encargado de lucir el"10", un dorsal designado para los mejores, para los hombres franquicia. Además, en el caso celeste, ese era el número que dejaba huérfano Iago Aspas, una de las claves de la milagrosa salvación sellada semanas atrás.
El inicio de temporada de Nolito no colmaba las expectativas. Se le veía incisivo, punzante. Siempre da sensación de peligro, pero faltaba un punto más, un plus necesario para liderar a un equipo que se había marcado como meta lograr la permanencia sin agobios clasificatorios. El gaditano era titular. Casi indiscutible. Sin oposición hasta que emergió la figura de Orellana y Rafinha logró asentarse al fútbol de Primera División.
Fue cuando el Celta inició la huida del descenso. Nolito perdía protagonismo. En su camino ya se había topado con la madera. El "10" celeste se convertía en uno de los revulsivos del equipo vigués. Sus características, al igual que las de Orellana, le convierten en un "revoluciona partidos" de lujo. Ahora, con el tramo final de curso a la vuelta de la esquina, el ex de FC Barcelona y Benfica parece que se acerca a su pico de forma. Desborda. Se muestra descarado. Se observa que es un futbolista como su predecesor, Aspas, un jugador cuyas primeras patadas al balón se dieron en la calle.
En las dos últimas citas le tocó asumir el hueco dejado por Rafinha. Ante el Atlético le pudo la intensidad que impone el cuadro de Simeone. Acabó exhausto. Sin embargo, en otro duelo de altura como el de Ciutat de Valencia se echó el equipo a las espaldas. En su camino hacia el gol, cometido para el que también fue contratado, volvió a aparecer la madera. Frente al Levante fue en dos ocasiones. Hace varias semanas, en Balaídos frente al Getafe, el palo volvió a ser un amargo aliado. Son ya ocho encuentros con esa frontera de 12 centímetros que dirime el acierto o el error del delantero.
Con estos datos, Nolito es el jugador de la máxima categoría con más lanzamientos al poste. Por detrás está Cristiano Ronaldo, con siete. El andaluz lleva seis dianas. Siendo oportunistas, el céltico sería, con 14 dianas –en la actualidad lleva seis-, el séptimo máximo goleador de Primera, empatado con su excompañero Pedro. Sería, sin duda, un gran registro goleador. Sobre todo para un futbolista que milita en un conjunto cuyo objetivo es salvar la categoría. La diferencia, agudizar doce centímetros el punto de mira.
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