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Foto: Atlético de Madrid |
Apura los últimos años de su carrera, ahora que la selección española parece darle la espalda, con tanta hambre como cuando despuntaba en el Sporting. Abandonó Gijón para seguir marcando en el Zaragoza, el Valencia, el Barcelona y ahora en el Atlético. Siempre decisivo. De poco le valió al Celta manejar mejor que su rival muchos aspectos del juego, sobre todo en un primer tiempo más que aceptable de los pupilos de Luis Enrique. Un doble error fatal de Jonny a media hora del final de la contienda propició el primer tanto del 'Guaje', que finiquitó la contienda antes de que los vigueses, noqueados, tuviesen tiempo de despegar el rostro de la lona.
El factor Nolito
Luis Enrique cambió cuatro piezas con respecto al duelo de la semana pasada en Elche. Se cayeron del equipo Aurtenetxe, Augusto, Santi Mina y el lesionado Rafinha en favor de Borja Oubiña, Álex López, Charles y Nolito. El gaditano disfrutó de una nueva oportunidad para justificar los 2,5 millones de euros que el Celta pagó por él en verano, pero no la aprovechó. En ataque no supo definir ante Courtois a los cuatro minutos en una de las mejores opciones de las que disfrutarían los vigueses y, a partir de ahí, se estrelló una y otra vez contra la zaga rojiblanca. Y en defensa mimó a Jonny menos que Orellana, ayer trasladado a la banda derecha. Quién sabe si por ésta u otra razón, el caso es que al prometedor lateral vigués se le vio más inseguro que nunca. Su mala actuación –una gota en un océano de irregularidad– sería decisiva.
Más allá de la presión
El Celta supo sortear durante los primeros cuarenta y cinco minutos la presión del Atlético. Una vez superada esa primera línea, el campo se abría ante los vigueses en una situación de ventaja sólo aparente. Porque, a partir de ahí, al equipo vigués le faltaba pegada para superar a la siempre ordenada defensa rojiblanca. Las ocasiones llegaban a cuentagotas y eran casi siempre fruto de disparos desde la frontal. El Celta dominaba, pero no mordía. El Atlético apenas sentía la dulzura de sus rasguños.
Error fatal
Jonny coleccionó errores ayer y dos de ellos resultaron fatales. Esta vez sí, la presión atlética surtió efecto y el vigués corrigió un mal pase recuperando el balón y entregándoselo a Villa, que no perdonó y definió con la templanza de un maestro en el área. Dos minutos después llegó el 0-2. Sin tiempo para reaccionar. El 'Guaje', hasta entonces casi inédito, había teñido los tres puntos de rojiblanco.
Sin capacidad de reacción
El Celta se había acostumbrado a levantarse tras recibir un golpe en la presente temporada. Remontó en Balaídos contra Almería, Betis y Valencia. Igualó un gol rival ante Osasuna y Getafe. Pero ayer fue incapaz siquiera de dar la impresión de poder igualar una contienda ante un Atlético que vivió una última media hora cómodo, atrincherado en su parcela casi sin sentir el acoso de su rival.
¿Qué hay de Welliton?
Ha pasado más de un mes desde que Welliton fichó por el Celta y aún se le está esperando. Su experiencia competitiva desde que aterrizó en Vigo se reduce a cinco minutos sin tocar balón en Elche. Ayer, Luis Enrique prefirió introducir a un centrocampista como Madinda en lugar de un delantero como el brasileño pese a que su equipo caía 0-2. Señal de que Welliton no está como debería.
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