17 años después



Diecisiete años separan las fotos de Rafinha y Mazinho en el collage que el joven futbolista del Celta colgó en el día de hoy en la red social Instagram. Más de tres lustros han pasado desde que Mazinho resultase elegido el mejor jugador del mes de febrero por la revista Don Balaón, como podéis ver en la imagen.  Rafinha ha emulado a su padre logrado tal distinción de parte, en este caso, de la propia Liga, que le entregó el premio en el día de ayer. 

Cuando Mazinho destacaba con el Celta, Rafinha era un niño que soñaba algún día con ser como su padre. En su presentación con el conjunto vigués rehusó compararse con su progenitor y mencionó el hecho de que éste había campeón del mundo para evitar cualquier tipo de pregunta en este sentido. 

Pero es evidente que los genes los ha heredado de su padre, uno de los mejores centrocampistas de los años noventa, que ha visto como sus dos hijos se dedicaban al fútbol, y además tenían el suficiente talento para destacar y ser objeto de deseo de varios clubes. Thiago ya es jugador del Bayern Munich a todos los efectos, en una operación que el Barcelona lamentará durante mucho tiempo. 

Por su parte, Rafinha, que no estará en el mundial con toda probabilidad, ha decidido probar suerte en un equipo muy especial para toda su familia, que aún sigue residiendo en la ciudad olívica. Le está yendo bastante bien en Vigo, como le fue en su momento a Mazinho, que llegó repudiado desde Valencia y en su primera temporada con el Celta, en el mismo mes de febrero en el que su hijo fue elegido mejor jugador, lograba esta distinción por parte de la revista "Don Balón". 

Pero ese no sería el mejor año de Mazinho, que nos regaló todavía dos temporadas maravillosas, repletas de calidad y efectividad. Una combinación realmente difícil y que el campeón del mundo ejecutaba con gran naturalidad. 

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