Todos somos el Celta B


Cuando el pasado verano el director deportivo del Celta, Miguel Torrecilla, hizo balance del pasado curso, prestó especial atención al ascenso a Segunda B del filial tras el descenso del año anterior, valorando la trascendencia que tiene para la política de cantera del club la presencia del segundo equipo en la categoría de bronce. Después, se diseñó un proyecto basado en la juventud, tanto sobre el campo como en el banquillo –con David de Dios como técnico–, que en el presente vive un momento delicado, al ocupar la plaza de promoción de descenso y con dos partidos jugados más que su inmediato perseguidor, a un solo punto, el Coruxo. A falta de diez jornadas, el Celta B recibe mañana (16:15) en Barreiro al líder, el Racing de Santander, un partido para el que se ha movilizado el celtismo.

El futuro del filial centra buena parte de las miradas del club –el presidente, Carlos Mouriño, acompañó al filial el pasado fin de semana en León– y desde la primera plantilla se muestran confiados en que el segundo equipo revertirá la situación. "Lo bueno de la juventud es que olvidas pronto y eres capaz de tener buenas sensaciones y salir de una situación delicada a través del desparpajo", comenta Borja Oubiña. "Por lo que hablo con ellos, me da la sensación de que no les pesa mucho la situación y van a ser capaces de competir", añade. El capitán del primer equipo sabe que "para el club es ideal tener al filial en Segunda B", aunque resta dramatismo al tema al recordar que "yo he competido en Tercera y de lo que se trata es de jugar. Hace dos años se bajó, volvieron a reflotarlo, este año está compitiendo ahí y esperemos que acabe bien. Y si no, el desarrollo del futbolista continúa", razona.

También pasó por el filial no hace tanto tiempo el portero titular del primer equipo, Yoel Rodríguez. El vigués aconseja a los futbolistas del segundo equipo "que tengan paciencia y que se unan cada día más porque al final eso va a ser lo importante". Y valora la trascendencia del apoyo del aficionado por experiencia propia: "Cuando la gente va a Barreiro y apoya siempre se nota. Es un campo pequeño y el público está muy cerca".

Jonny Castro inició la pasada campaña en el filial, aunque la acabó en el primer equipo tras la lesión de Hugo Mallo. El lateral cree que "es una situación delicada. Están ahí abajo y al ser un equipo tan joven este año es más difícil. Pero aún quedan partidos, tienen opciones y están todos unidos como una piña". Como ejemplo, pone la dramática salvación del primer equipo el pasado curso: "Nosotros incluso estábamos mucho peor. Ellos tienen aún más opciones". Muchás más de aquel 4%.

Santi Alonso / Atlántico Diario

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