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Foto: Marta G. Brea |
Dimitrios Papadopoulos vive su segunda juventud. El delantero heleno se ha reencontrado con su mejor versión en su vuelta a casa. A Vigo llegó con el objetivo de paliar la falta de pegada que sufría el Celta de Eusebio Sacristán. Su fichaje ilusionó. Desembarcaba en la ciudad olívica uno de los integrantes de la selección griega que obró el milagro en la Eurocopa de Portugal. Sin embargo, sus registros goleadores con la zamarra celeste fueron inexistentes. Sólo anotó dos dianas, en dos amistosos, y ante un mismo rival, el Club Deportivo Ourense.
Papadopoulos ponía fin a su experiencia en el fútbol español sin marcar en competición oficial. Se mostró como un jugador trabajador y voluntarioso, aunque le faltó brillar en la faceta para la que había sido contratado, que no era otra que mejorar los registros goleadores. Fue entonces cuando puso rumbo a Grecia. Primero fue al Levadiakos en calidad de cedido. Jugó diez partidos, fue clave en la consecución de la permanencia, pero culminó su etapa en el conjunto heleno sin romper con su mala racha anotadora.
Regresó a Vigo. A un Celta que ya tenía el billete a Primera bajo el brazo. Como era de prever, Paco Herrera le cerró las puertas. El conjunto vigués le dio la carta de libertad y Papadopoulos no lo dudó. Regresó a su tierra. En esta ocasión para defender los colores del Panthrakikos. El objetivo, el mismo, sellar la continuidad en la máxima categoría helena. Con más de treinta años pocos podían pronosticar la gran temporada que iba a firmar. Se erigió en una de las referencias de su equipo, jugando 25 partidos y rompiendo ese maleficio ante la portería contraria anotando once dianas.
Esa actuación le permitió iniciar una nueva etapa profesional en las filas del Atromitos, equipo con un objetivo más ambicioso en la Superliga griega. De hecho, su nuevo conjunto le permitió disputar la previa de la Europa League, donde cayó eliminado ante el AZ Alkmaar. En esa eliminatoria, el exdelantero del Celta anotó un gol en el partido de vuelta disputado en Holanda.
En estos momentos su curso está siendo notable. Vuelve a ser indiscutible en un Atromitos que marcha tercero y que espera regresar a competición europea. Sólo se ha perdido un partido de la Superliga y ha firmado nueve dianas en los 23 encuentros que ha disputado, situándose a dos del máximo goleador, Javier Saviola.
Al delantero heleno le llegó hace unos días la recompensa a su buen momento de forma. El fútbol griego nombraba a Dimitrios Papadopoulos en el mejor jugador de la pasada temporada. Su papel en el Panthrakikos no pasaba desapercibido. “Siempre creía que podría poner mi carrera de nuevo en marcha”, afirmaba el excéltico en la entrega de premios celebrada en Atenas. El ariete tiene ahora un nuevo objetivo, ser uno de los integrantes de Grecia para disputar el Mundial de Brasil.
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