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| Foto: Marta Grande |
La vida de Fabián Orellana ha cambiado en las últimas semanas. El "histórico", como es conocido el delantero celeste en su país de origen, ha visto como su rol en el equipo cambiaba de forma considerable, pasando de descarte a indiscutible en cuestión de unos cuantos partidos. El equipo lo ha notado, ya que su entrada en el once ha venido aparejada de una mejoría notable del rendimiento global del equipo con efectos muy positivos en cuanto a los resultados.
Hace poco más de un mes, Orellana valoraba seriamente la posibilidad de regresar a Chile para disfrutar de los minutos que se le negaban en Vigo. Su objetivo no era otro que el de convencer al seleccionador chileno y poder disfrutar de su segunda experiencia mundialista. El céltico disputó hace cuatro años el mundial de Sudáfrica, a donde fue con galones, ya que suyo fue el gol que clasificó a los chilenos para la cita más importante a nivel de selecciones del mundo.
Desde entonces, muchas cosas cambiaron. Su aventura en Europa ha sufrido altibajos, destacando en Segunda División y fracasando en Primera. Triunfó con el Granada y con el Celta en la categoría de plata, logrando sendos ascensos, siendo además un jugador importante, pero no logró asentarse en la máxima categoría en las filas del Xerez, ni posteriormente en el Granada, ni tampoco en el Celta la pasada temporada. Parecía su condena hasta que apareció en el once inicial ante el Almería esta temporada, marcó un gol, ganó confianza y su crecimiento fue imparable.
En Chile, donde estaba descartado para el mundial, comienzan a tener en cuenta muy seriamente las opciones de Orellana para estar en la lista definitiva. Ser uno de los hombres más en forma de la liga española, una de las más importantes del mundo, es un aval más que suficiente para que el futbolista celeste vuelva a entrar en las quinielas. El sueño mundialista de Orellana está más cerca. Difícil sí, pero no imposible. Si lo logra, será muy bueno para el Celta.
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