Gol celeste desde el cono sur


A golpe de «¡Sudamérica presente!» Augusto Fernández subía a su cuenta en una red social una fotografía de los cuatro futbolistas célticos nacidos en el cono sur. Cuatro habituales del once de Luis Enrique que, además de aportar juego al equipo, se suman a la fiesta goleadora. El Celta presume de conexión sudamericana y tantos a ritmo de samba, tangos y sonidos chilenos.

Cuando Gustavo Cabral puso el 0-1 ante el Granada, el central celeste pasó a formar parte de la nómina goleadora sudamericana que ya integraban un Charles que destaca como pichichi del Celta, un Augusto Fernández que firmó el gol del triunfo en Los Cármenes, y un Fabián Orellana que a base de trabajo y aportación ofensiva se ha ganado la titularidad en una temporada en la que comenzó como prescindible.

En un Celta que ha ido de menos a más esta campaña, la figura de los cuatro futbolistas está siendo clave. Entre los cuatro han disputado 4.862 minutos en Liga, y el protagonismo en el once de Luis Enrique varía desde las ocho titularidades de un Orellana que ahora mismo es indiscutible, a un Charles que ha jugado de cara en 19 ocasiones. Cabral, con entradas y salidas en el once, ya ha formado parte de la zaga en 12 ocasiones y Augusto Fernández en 18. El peso específico de los cuatro sudamericanos es notable, y la llegada de Welliton Soares puede incluso incrementar esa presencia latina en el equipo. Además, no hay que olvidar que Rafinha cuenta con la doble nacionalidad, española y brasileña.

La mitad del gol

Los cuatro futbolistas de Sudamérica del Celta han reportado al equipo casi la mitad de sus goles en Liga. Los célticos han superado la vigésimo segunda jornada con 29 tantos de los que 14 llevan la firma de Charles, Orellana, Augusto y Cabral.

Con Charles Dias regresó al Celta la sangre brasileña que tan buenos réditos había dado al club celeste en campañas anteriores. Le tocó asumir el reto de tomar el relevo de Iago Aspas como referente ofensivo, y aunque las rachas han empañado ligeramente su aterrizaje en Primera, se destapa a estas alturas con 8 goles. Un botín nada desdeñable para un recién llegado a la élite que insiste en que su hambre de gol no tiene fin. Con Rafinha, el pichichi del Celta ha formado una conexión casi perfecta que se percibe sobre el césped y que ya ha dejado goles para el recuerdo.

Y para el recuerdo quedará también el tanto del chileno Orellana frente al Almería, un gol que rompía la racha de tres años sin marcar en Primera, y que confirmaba que el Poeta estaba de regreso. Desde entonces su fútbol ha ido a más. En velocidad, en claridad, en aportación defensiva y a la hora de generar peligro. Incluso en definición, como atestiguan los dos goles que marcó ante el Betis.

Reconsiderar los roles

Tanto Augusto Fernández como Gustavo Cabral, los dos argentinos del Celta, viven su segunda temporada en el equipo. La llegada de Luis Enrique al banquillo supuso un giro a sus respectivos roles, que poco a poco se va aclarando.En el caso del atacante, se ha acomodado a vivir más lejos de la portería, a formar parte de un trivote en el que cumple sobradamente. En la goleada de Málaga celebró su primer gol del curso, y el viernes, ante el Granada, machacó sin piedad a Roberto.

La calidad habita en los pies de un futbolista que ha crecido exponencialmente desde su llegada a Vigo y que a base de trabajo, entrega absoluta y fútbol se ha ganado un puesto en la selección. El Mundial, esa cita a la que Orellana también mira de reojo, le espera.

Sin pensar en Brasil, pero dispuesto a pelear la salvación del Celta está un Cabral al que le está costando lo suyo ganarse la confianza de Luis Enrique. A pesar de que el central argentino aporta consistencia a la defensa, está viviendo una temporada de entradas y salidas en el once que sin embargo no le cambian la cara. El gol que celebró en Granada es un premio más para el jugador, que ya marcó con el Levante, y que el año pasado ayudó al Celta con dos tantos.

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