La metamorfosis de Orellana coincidió con el despegue de los célticos en Balaídos. El futbolista al que en su país veneran por marcar el gol de la única victoria de la selección chilena sobre Argentina -desde entonces le apodan El Histórico- apenas jugó en los primeros catorce partidos de Liga: sumó 198 minutos de juego en siete partidos, no participó en tres y en cuatro estuvo en la grada. Fue una de las víctimas de la derrota en Getafe (2-0), donde se estrenó en el once celeste este curso.
"Me quedé aquí porque me sentía cómodo. Decidí luchar y pelear por mi oportunidad a base de trabajo. No cambié mi forma de ser dentro del vestuario hasta que me llegó la recompensa y la he aprovechado", reconocía Orellana días atrás en una entrevista para Celta TV.
Todo cambió para el chileno el 30 de noviembre pasado, con la visita del Almería a Vigo. Ese día, Luis Enrique le concedió la titularidad por segunda vez. El futbolista suramericano agradeció la confianza del técnico con un gol, con el que el Celta inició una remontada que le llevó a firmar su primer triunfo en casa de la temporada.
Aunque en la jornada siguiente, en Valladolid, volvió a quedarse en el banquillo, desde entonces es un habitual en el equipo de Luis Enrique, quien admitió su error por no contar con él antes. "Cuando era uno de los descartados, decidió quedarse y le ha dado la vuelta a la situación él solo. A los entrenadores nos encanta comernos las palabras cuando nos equivocamos", dijo el preparador asturiano, al tiempo que destacaba la proyección de su jugador: "No nos olvidemos que Orellana es internacional por Chile. Es una de las sorpresas gratas de la temporada pero por su virtud y actitud".
Aparte de recuperar su desborde y marcar goles importantes para el equipo, Orellana ha sorprendido por su compromiso con el colectivo: su pelea constante y sus ayudas en labores defensivas que contagian al resto de compañeros. "La gente ha valorado mi trabajo, ha tenido mucha paciencia y se lo agradezco a la afición", proclama quien supo conquistar el corazón del celtismo cuando llegó a Vigo en 2011 para colaborar en el ascenso a Primera.
Aunque es titular desde diciembre, el chileno ha asumido las exigencias de Luis Enrique: "Creo que nadie tiene el puesto asegurado, la plantilla está a un buen nivel, y si te duermes puede jugar otro. Intento no dormirme, entrenar bien y dar lo máximo en los partidos". Y en la entrevista con el canal del club, Orellana habla de las sensaciones que le transmite el Celta. "El equipo está bien, futbolísticamente ha mejorado mucho, confiamos en los compañeros y nos ayudamos. Somos un equipo solidario".
Desde Chile, donde también lo conocen como El Poeta, señalan que el atacante céltico puede volver a las convocatorias del seleccionador Jorge Sampaoli. Su última aparición con Chile fue el 6 de febrero de 2013 en un amistoso disputado en Madrid contra Egipto. Orellana entró en el minuto 79 por Beausejour. "La ilusión de poder estar en una cita mundial nunca se pierde. Está complicado porque el entrenador tiene un grupo unido y creado, pero si me llaman sería un honor defender a mi país", apuntaba la semana pasada el céltico, que el 5 de marzo podría estar en Stuttgart para enfrentarse a la selección alemana. Compite para ello con Junior Fernandes, del Dinamo de Zagreb. La metamorfosis sufrida en Vigo puede llevarle a disputar la Copa del Mundo de Brasil.
Jaime Conde / Faro de Vigo
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