![]() |
Foto: Óscar Vázquez |
La exhibición futbolística que el Celta ofreció en la primera parte ante el Athletic y su capacidad para controlar a los de Ernesto Valverde en la segunda han confirmado la evolución a pasos agigantados que ha experimentado el equipo de Luis Enrique. De aquel Celta jugón pero inocente y blando del arranque liguero no queda más que el recuerdo. Las probaturas, muchas veces obstinadas, de su entrenador han dejado paso a un equipo competitivo y ambicioso que es capaz de poner contra las cuerdas a rivales de zona Champios como los vascos. La solidez adquirida en defensa, la explosión de Rafinha u Orellana, la capacidad para adaptarse al juego sin balón y la confianza ganada por el equipo son algunas de las baldosas que construyen el camino de este Celta hacia la perfección.
La defensa
Los cimientos, ahora sólidos
Luis Enrique se empecinó durante meses en apuestas arriesgadas. Primero, al reconvertir a Toni para el lateral, y luego al confiar al joven Costas la responsabilidad del centro de la defensa. Sin embargo, a base de ver sobre el césped los resultados, ha dado a Jonny y a Gustavo Cabral el papel que venían reclamando con sus actuaciones. La entrada del canterano en banda izquierda ha sido casi revolucionaria. Su solvencia en labores defensivas y su osadía a la hora de asomarse al ataque han convertido la banda zurdaa, al igual que la derecha de Mallo, en un carril de garantías. Si a ello se añade la contundencia y veteranía que ha ganado la zaga con Cabral junto a Fontás, el resultado es una defensa mucho más sólida a partir de la cual todo el Celta se crece. Si los cimientos están asentados, el equipo puede jugar con más alegría. Ante el Athletic, diez jornadas después, el Celta dejó su portería a cero.
El mediocampo
Las opciones se multiplican
Luis Enrique está moldeando un Celta a su imagen y semejanza. Combativo y ambicioso. El centro del campo, en el que hasta el momento solo Oubiña y Fontás conseguían dar equilibrio al equipo, cuenta ahora también con la opción de Krohn-Dehli como pivote. El danés aporta un perfil mucho más creativo que de contención, pero cuando el Celta es capaz de conservar el balón, la apuesta funciona. Además, respecto a los inicios de la temporada, los vigueses también han evolucionado sin el esférico. Ante el Athletic comprobaron que pueden jugar sin balón si son capaces de presionar, acosar y jugar de forma solidaria. Como ejemplo, la segunda mitad ante los vascos.
Las figuras
Explosión de Rafinha y Orellana
En un equipo con una idiosincrasia ofensiva tan clara como la del Celta, la explosión que han experimentado jugadores de ataque como pueden ser Rafinha u Orellana supone un paso de gigante. El hijo de Mazinho ha ido a más desde que comenzó la temporada y ahora vive un momento de esplendor del que el Celta se aprovecha partido tras partido. Su capacidad para tejer diagonales, internarse hasta las inmediaciones del área rival, secar a las defensas contrarias y poner pases precisos ha reforzado al equipo. Lo mismo que el cambio radical experimentado por Orellana en los últimos meses. El chileno se ha apoderado de la banda izquierda sentando incluso a un Nolito que se esperaba titular.
La ofensiva
Un repertorio exquisito
El Celta ha reunido una plantilla que rezuma calidad, sobre todo, de medio campo hacia arriba. Tal es el atasco de jugones que tiene el equipo, sobre todo para las bandas, que Luis Enrique se permite el lujo de sentar en la banqueta a un internacional con Argentina, como es Augusto, o a un extremo de la calidad de Nolito. Los argumentos ofensivos del equipo están fuera de toda duda, Charles está dando la talla en la faceta goleadora, y aunque los tantos pueden resistirse, como ante el Athletic, nadie duda de la voracidad del equipo.
Confianza
Todos a una
De puertas para dentro, Luis Enrique ha sido capaz de unir a toda la plantilla bajo los mismos preceptos y dotarla de la confianza suficiente como para tirar para adelante en los momentos más delicados. Ahora, con viento a favor, el equipo lleva velocidad de crucero.
0 comments:
Publicar un comentario