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| Foto: LFP |
Corría el minuto 87 del encuentro entre el Villarreal y el Celta cuando se vivió una de las situaciones más esperpénticas que se recuerdan. Un bote que emanaba abundante humo llamaba la atención de los allí presentes y de las cámaras de televisión. En aquel momento parecía simplemente eso, un bote de humo, nada peligroso en apariencia, pero pronto pudimos ver que podía ser algo más peligroso. David Penela, redactor jefe de MoiCeleste.com, se encontraba en el Estadio de El Madrigal, y nos contó lo sucedido y los momentos de zozobra que se vivieron justo después de la caída del bote.
David, que estaba situado en Tribuna alta, junto al resto de la afición céltica, no tardó en percibir los efectos del bote lanzado al campo. La afición céltica se encontraba en la otra punta del estadio, justo en el córner contrario al Fondo Sur desde donde fue lanzado. Pronto, propiciado por el aire que corría en la noche villarrealense, pudo percibir sus efectos: "Empezamos a ver como la gente corría hacia los vomitorios de salida y pronto empezamos a notar molestias al respirar y picores extraños en la nariz y en la garganta. Fue realmente desagradable", comenta.
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| La afición céltica en El Madrigal (Foto: David Penela) |
Rápidamente se fue desalojando el estadio. Por megafonía se pidió a la gente que abandonase el estadio. Para entonces, Fernández Borbalán y los componentes de los dos equipos estaban a buen recaudo en los vestuarios. Fuera del estadio existía cierto desconcierto. No se sabía que pasaría con los tres minutos restantes. Las ambulancias comenzaron a hacer acto de presencia. David Penela relata como varias personas con asma sufrieron especialmente los efectos del gas lacrimógeno, e incluso un aficionado del Celta tuvo que ser atendido por las asistencias sanitarias, aunque afortunadamente no hubo consecuencias.
Tras varios minutos, el partido se reanudó, pero para entonces, muchos aficionados, sobre todo los locales, ya habían enfilado el camino de su casa. Los tres minutos restantes, más el descuento, se jugaron con la presencia de apenas un par de miles de aficionados, entre ellos los celestes, que hicieron pleno. Nolito les dio una gran alegría para compensar los duros momentos vividos instantes antes.
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