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| Foto: Diego Pérez |
Los números cantan que la salida de Jonathan Vila para jugar cedido hasta final de temporada en el Beitar Jerusalén -operación por fin oficializada ayer por el propio Celta, una vez que el porriñés ya se encuentra integrado en el trabajo del día a día de su nuevo equipo- no se debería notar demasiado de puertas para fuera, ya que el técnico celeste, Luis Enrique Martínez, no contaba con él. Sin embargo, la marcha del futbolista que más años llevaba de forma consecutiva en el primer equipo sí se ha notado de puertas para dentro.
Así lo quiso explicitar ayer Álex López, otro canterano que puso sobre la mesa el peso en el equipo del que era uno de los cuatro capitanes. 'Para mí, más que un compañero es un amigo. Es una pena que se marche después de todo lo que nos ha dado en los últimos años. No sólo en el campo, que cuando le ha tocado jugar lo ha hecho muy bien, sino por todo lo que nos ha ayudado en el vestuario a pesar de haber pasado por momentos complicados', reseña el ferrolano.
Esa capacidad para sumar siempre, a pesar de pasar por varias rachas de jugar muy poco, es muy valorada por sus ex compañeros y la razón, junto a su veteranía, de que luciese el brazalete de capitán. 'Es un ejemplo para todos, para los que juegan y para los que no, porque siempre ha dado el máximo. Y ése es un ejemplo de qué es ser un capitán', insiste el ferrolano.
Santi Alonso / Atlántico Diario
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