Rafinha da el salto


Foto: Javier Lizón 
Se suele decir que los grandes jugadores se ven en los grandes escenarios. Ayer Rafinha  mostró al mundo, en un encuentro visto por un gran número de espectadores, toda su calidad y ese potencial que hizo ilusionar a la afición céltica cuando fue fichado allá por el mes de julio del pasado año. El hijo de Mazinho ya demostró en el filial barcelonista estar dotado de una magia especial para este deporte llamado fútbol, pero en sus primeros meses con la elástica celeste apenas lo había mostrado a cuentagotas. 

Lo cierto es que el cambio de posición ideado por Luis Enrique, adelantando su ubicación a la banda derecha del ataque céltico, pero con mucha libertad de movimientos, ha favorecido su rendimiento. Desde ese movimiento de piezas, Rafinha ha mejorado notablemente, destacando en partidos anteriores como en el de Anoeta, donde anotó dos golazos, con detalles de delantero centro, que hablan de un futbolista con capacidad para jugar en punta de ataque, y que hace daño cuanto más cerca de la portería contraria juegue. 

También ante el Athletic en Balaídos, en el partido de ida de la eliminatoria copera, dejó destellos de su inmensa clase con detalles que levantaron al público de sus asientos, y ayer volvió a hacerlo, pero esta vez en el Santiago Bernabéu, un estadio en el que no es fácil destacar, y donde consiguió dejar a más de un espectador boquiabierto con sus diabluras. 

Rafinha será fundamental en la recta final del campeonato. El Celta encara la segunda vuelta con la permanencia entre ceja y ceja. El próximo sábado hay un partido importantísimo para dirimir la posición en la que termina la primera vuelta, y a partir de ahí habrá que comenzar una lucha que se prevé tan dura como apasionante. Si la versión de Rafinha durante esta fase del campeonato se parece a la que vimos ayer en el Bernabéu, y la que se intuía en las últimas jornadas del pasado año, el objetivo estará más cerca. 

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