La historia del Real Club Celta es rica en gestas, en mil y un hechos, fruto de una trayectoria de nueve décadas. Sin embargo, en el noventa aniversario de la sociedad, con exponente máximo el 23 de agosto pasado con la jornada de puertas abiertas, se puso de manifiesto que al club que preside Carlos Mouriño le queda aún la reforma del Museo de Arte Deportivo para acercar la entidad definitivamente al ciudadano.
En los últimos años, el lavado de cara de Balaídos, con la masiva presencia de imágenes que son iconos del celtismo adornando el estadio municipal, ha sido el primer gran guiño de lo que significa una campaña de acercamiento de la SAD a la afición pasada, presente y futura, enalteciendo figuras que dieron al Celta –y a la ciudad de modo indirecto- grandes jornadas.
En marzo próximo, el museo cumplirá quince años de servicio en el estadio de Balaídos. Desde su inauguración, la entidad ha movido piezas, y hace cinco años el presidente Carlos Mouriño encargó un estudio para mejorar las condiciones del museo, organizándolo en áreas más atractivas. Desde esa fecha ha seguido el movimiento de diversas piezas, también se han mejorado algunos conceptos museísticos, pero nada más se ha concretado.
La masiva visita de 1.600 seguidores al templo del celtismo en la jornada de puertas abiertas del verano (sólo cuatro horas, sin folletos explicativos pero con azafatas guía para quien lo deseara) demostró que el pasado es digno de admiración y respeto, y que incluso las salas se quedan pequeñas para abordar tanta temática.
Este año el Celta ya realizó un segundo gesto de interés histórico. En el Celtabar, en los bajos del coliseo, también figuran señales identitarias que se han decidido acercar al gran público. Externalizar servicios, es decir, sacar piezas de las vitrinas del museo, es otro perfecto reclamo para poner en valor el patrimonio del club. Y en el Celtabar funciona. La historia se cita con lo cotidiano a diario. Un acierto.
Pero el Celta necesita más. Cuando se han cumplido noventa años y se camina muy cerca del centenario del lanzamiento de la idea de la fusión (el periodista y también seleccionador español Manuel de Castro, 'Handicap', la publicó en mayo de 1915), se ha confirmado que el público se ha interesado por el origen del Club Celta. Y ese aspecto está poco cuidado en el museo. Apenas dos vitrinas, mal ubicadas, hacen de la génesis del club de la fusión una asignatura pendiente. Eso y su escasa presencia en la web oficial y en la de la Fundación Celta, así como la ausencia de promoción del museo, al fin y al cabo, orgullo céltico.
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